El viernes 31 de marzo y sábado 1 de abril el Hipódromo de San Isidro abrió sus puertas al mediodía para recibir a cien mil espectadores cada día. Habitués del festival o seguidores de alguna banda, todos con un ánimo festivo que no paró hasta la una de la madrugada.

La oferta gastronómica –food trucks y street food - se combinó con las zonas de relax para atraer gente durante todo el día, como si fuera un concierto más. A diferencia del sábado –segundo día- en que las filas para comprar comida ya eran más que largas cerca de las 16 hs, el primer día las filas no eran de temer hasta entradas las 19 hs…

¿Por qué?

El viernes miles de espectadores llegaban con el tiempo justo para ver a la legendaria banda Metallica. La inclusión de esta banda en la grilla logró atraer a miles que asistieron solo por su show, de un estilo diferente al del resto de la grilla, que se asemejaba solo a Rancid, la banda estadounidense de trayectoria punk rock que tocó por primera vez en Argentina (bien ubicada en el Main Stage 1, donde tocaría Metallica hora después).

La grilla del primer día

El plato principal fue sin dudas Metallica. "No nos importa quiénes son, ni cuál es si religión, ni a quién vinieron a ver, lo que importa es que ahora están acá", dijo al comenzar James Hetfield. La banda tocó dos horas, repasó sus clásicos –Enter Sandman, Nothing Else Matters, Master of Puppets- y deleitó con canciones de sus últimos álbumes a seguidores de todas las edades, para despedirse entre saltos, lágrimas y fuegos artificiales.

Antes de Metallica había sido el turno de The XX, el trío londinense de indie pop que hipnotizó al público con sus ritmos. Desde temprano, los grupos musicales locales se superpusieron con los extranjeros. León Gieco y DJ Paul; Poncho y Cage the Elephant. Esta última atrajo a miles a un show de puro rock a las cinco de la tarde.

El sol ardía y su energía también: con la voz de Matt Shultz, la banda tocó canciones de sus últimas producciones sumadas a algunas anteriores como Shake Me Down.

Se destacaron también los ingleses de The 1975, con un show muy concurrido y Tove Lo, con una energía bastante particular en el escenario alternativo. Marshmello y G-Eazy fueron la propuesta DJ del día, para quienes siguió The Chainsmokers, el dúo estadounidense que cerró el primer día del festival a puro baile con éxitos como Don’t Let Me Down y Closer, y de paso se ganó varios corazones cuando Andrew Taggart dijo que había vivido algún tiempo en Argentina en su adolescencia, y exhibió un tatuaje del sol de la bandera argentina en su espalda.