Unos 150 delfines quedaron varados en una playa del noreste de Japón y varias personas trataron de ayudarlos.

Los delfines estaban tendidos en una franja de unos 10 kilómetros en la ciudad costera de Hokota, en la prefectura de Ibaraki, a 100 kilómetros al noreste de Tokio. Muchos de los cetáceos, la mayoría de ellos cabeza de melón, fueron hallados con vida pero estaban extremadamente débiles y murieron.

Imágenes de la televisión mostraron a decenas de personas cargando recipientes con agua que vertían sobre los delfines mientras otros los cubrían con toallas mojadas para evitar que se secaran.

Autoridades de la ciudad, la guardia costera, algunos voluntarios y un acuario trabajaron duro para rescatar a los animales, que medían entre dos y tres metros.

El portavoz del acuario explicó a la televisora pública NHK que se trata de un cétaceo al que se suele clasificar como una ballena de pequeño tamaño que habita en aguas más profundas, e informó que la guardia costera logró regresar al agua a sólo tres de ellos, pues por la mayoría no pudo hacerse nada ya que algunos presentaban heridas profundas y otros habían pasado demasiado tiempo fuera del agua.

Al momento se manejan diferentes teorías sobre lo que pudo haberles sucedido a los Animales. Una de ellas apunta a que una fuerte corriente los arrastró haciendo que perdieran su orientación; otra dice que los ultrasonidos que emiten los delfines para guiarse podrían haber sido absorbidos por los bancos de arena, lo que los habría desorientado, explicó Tadasu Yamadao, investigador del Museo Nacional de Naturaleza y Ciencia, al periódico Yamiuri.

Una última sugiere que el líder de la manada se perdió o desorientó por alguna razón llevando al resto hasta la orilla.

El delfín de cabeza de melón es una especie muy común en aguas japonesas. Tanto, que durante los meses de pesca los pescadores suelen capturar a cientos de ellos, algunos por error, pero otros para aprovechar su carne y aceites, una práctica condenada por los organismos de defensa de los derechos de los animales.

Encallamientos menores han ocurrido en los últimos 15 años, como el caso de 50 delfines hallados en una playa cercana a ese lugar, en 2011.