Príncipe de las Pampas es una simpática comedia que nos hace reír de la pérdida de valores, ética y moral e indaga en la devoción por Ceferino Namuncurá por la gente del interior. La trama nos presenta como dos hermanos casi al verse en bancarrota tratan de estafar a un vecino para mantener su estatus de familia pudiente pero su plan se complicará por el mayordomo de la casa, fiel devoto del santo patagónico.
Con dramaturgia y dirección de Facundo Zilberberg, la pieza crece minuto a minuto y su cierre es estupendo con cuotas de absurdo y alta dosis de comicidad.
La forma en que el director exhibe a los integrantes de la clase social alta de la ciudad de Buenos Aires es el punto fuerte de la noche, muletillas, gestos y tradiciones son expuestas de manera grotescas o exacerbadas y festejadas por toda la platea.
El cuarteto de actores, Carla Appella, Fernando De Rosa, Felipe Llach y Jerónimo Vélez Funes es certero y preciso en cada interpretación. De modo hábil plasman todas las sensaciones vivaces de la obra, desde lo disparatado, lo dramático y lo social. Se observa la vida misma sobre el escenario, como si el autor nos permitiera espiar detrás de un cuadro. La buena y mínima escenografía diseñada por Florencia Espinosa, Brenda Peluffo, Danielatuvo representa efectivamente dicho ambiente familiar.
La iluminación sutil y sencilla de Luciana Giacobbe permite crear un encuadre asfixiante que ensalza la trama.Buen texto, dinámica y contundente equipo de trabajo.
Príncipe de las Pampas, asimismo, pone al descubierto en sus setenta y cinco minutos de duraciones, las necesidades, miserias y anhelos de los integrantes de dos distantes clases sociales.
Además, nos recuerda que, en el Teatro off, hay sorpresivas piezas para disfrutar.
En resumen, la obra resulta una acertada mezcla de reflexión y diversión para comenzar gratamente un buen fin de semana.
Se presentan todos los viernes a las 21 horas, en la pintoresca sala del barrio de Almagro, Teatro Estepario, Medrano 484. CABA.