La eterna juventud se encuentra cada vez más cerca tras la exitosa transformación de las células humanas en los jóvenes. Este novedoso proceso aumenta la longitud de los telómeros, que son las tapas protectoras en el extremo de los cromosomas que afectan el envejecimiento y la enfermedad.
Estas tapas protectoras se hacen más cortas con cada replicación del ADN, hasta llegar al punto en que ya no son capaces de protegerlo de sufrir daños y mutaciones, que suceden en la edad avanzada.
En los jóvenes, los telómeros cuentan con 8.000-10.000 moléculas orgánicas, o nucleótidos, largas. Helen Blau, de la Universidad de Stanford mencionó que "ahora hemos encontrado una manera de alargar los telómeros humanos en hasta 1.000 nucleótidos, dando marcha atrás al reloj interno en estas células, lo que es equivalente a muchos años en la vida humana".
La doctora Blau aseguró que cuando se tratan las células, estas se comportan como si fueran más jóvenes y se multiplican rápidamente en lugar de morir.
"Esperamos que algún día sea posible dirigir e implementar células madre de un músculo sano en un paciente con distrofia muscular, por ejemplo, para extender sus telómeros, dijo Blau.
"También habrá buenos resultados en el tratamiento de enfermedades provocadas por el envejecimiento, tales como la diabetes y enfermedades del corazón". Los investigadores también esperan que el método sea capaz de permitir a los científicos desarrollar un gran número de células que puedan contenerse en un fármaco eficaz contra el envejecimiento.