Si odias las rupturas, es probable que tu cerebro las odie aún más. Algunas personas que pasan por la ruptura de una relación dicen que sienten dolor físico. Suena extraño, pero es la ciencia la que lo respalda. Un estudio demostró que las personas sienten dolor después de una ruptura, porque se activa la misma zona del cerebro que alberga el dolor físico.
Un estudio publicado en el Journal of Neurophysiology encontró que, ante el fin de una relación, el cerebro reacciona de igual modo que ante el dolor físico. Esto es porque no logra diferenciar entre un dolor y otro, pues se activa la zona del cerebro responsable de albergar el dolor físico.
Para descubrirlo se eligió a una docena de personas que recién habían pasado por una ruptura amorosa y se les mostraron fotos de sus ex novios, con la intención de seguir los canales de dolor a través de las vías neuronales emocionales y físicas en el cerebro. Así, se develó que el cerebro le envía información al cuerpo de que hubo una separación y estas en realidad duelen.
"Pasar por una ruptura también podría crear insomnio, aumento de peso, y en general disminuir el pensamiento crítico", dice el video BuzzFeedblue . Esto se debe al desplome natural del químico de la dopamina, responsable de hacer sentir bien a las personas; a la oxitocina y a la liberación constante de la hormona del estrés, el cortisol.
Experimentar como si te hubieran dado una paliza al término de un amor, es también un reflejo de cómo tu cuerpo responde al estrés en general. Por ejemplo, las personas que padecen asma pueden utilizar su inhalador más a menudo tras enfrentar un rompimiento, mientras que aquellas con problemas digestivos pueden ser más susceptibles a los calambres y la pérdida de apetito.
También el dolor físico está relacionado con la dificultad de dejar ir a tu ex. Estar acostumbrado a que esa persona forme parte de tu vida, se transforma en una droga para tu cerebro, según la psiquiatra Brook Jackson de la Universidad de Texas.
Esto determinará que, después de terminar una relación, los circuitos neuronales necesitarán tiempo para readaptarse a las nuevas circunstancias de la soltería.