Resulta que ver las cosas con ojos frescos, es decir, justo después de un descanso, no es la mejor manera de recordar o aprender cosas nuevas, por lo menos para los bebés.
"El momento óptimo para que los infantes aprenden información nueva es justo antes de que duerman", informa el Dr. Jane Herbert del Departamento de Psicología de la Universidad de Sheffield, que colaboró con investigadores de la Universidad Ruhr de Bochum, Alemania en un estudio sobre la capacidad de los bebés para recordar habilidades recién aprendidas. Sin esa siesta, Herbert encontró que los bebés olvidan por completo lo que habían aprendido momentos antes.
Los investigadores evaluaron para el estudio a 216 bebés -de entre seis meses y 12 meses- y su tiempo de juego con un títere de mano. Se les mostró cómo utilizar el títere y cómo moverlo durante un tiempo, luego los dejaron jugar. Cuatro horas más tarde se les dio la oportunidad de repetir esas acciones, y luego 24 horas después. Los resultados fueron publicados en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América.
Lo que descubrieron fue que los bebés que dormían una siesta durante al menos 30 minutos (dentro de esas cuatro horas) después de manipular los títeres, eran capaces de recordar, mientras que los no durmieron no lograron recordar nada.
El Dr. Herbert dijo que "se especula que permitir siestas frecuentes en los días en que los bebés tienen una gran cantidad de información nueva les ayuda a 'digerir' y procesar mejor la información".
En otras palabras, agrega: "Si un bebé está dormido de camino a casa después de un divertido día en el parque, puede ser beneficio dejarlo dormir, aunque rompa con su rutina normal de sueño. "
Por ello es importante leer los libros pre-siesta siempre que pueda. Este estudio, dice Herbert, "demuestra lo valioso de actividades como la lectura de libros con Niños pequeños justo antes de ir a dormir". Por cierto, la lectura también puede ayudar a los bebés a cerrar más rápido los ojos.