Si tienes una reunión importante, y piensas tomarte un par de tazas de café antes de salir de casa, creyendo quizá que la cafeína le dará a tu cerebro ese impulso adicional que necesita, ¡piénsalo dos veces! En su nuevo libro sobre la ciencia de la personalidad, el psicólogo y profesor de la Universidad de Cambridge, Brian Little, sugiere que, para los introvertidos, esta estrategia puede ser contraproducente.

En su libro "Yo, yo mismo, y nosotros: La ciencia de la personalidad y el arte del Bienestar", que se acaba de publicar la semana pasada, el autor asegura que después de beber dos tazas de café, las personas extrovertidas pueden llevar a cabo sus tareas de manera más eficiente, mientras que los introvertidos rinden menos.

Este déficit se magnifica si la tarea que están realizando es cuantitativa y si se trabaja presionado por el tiempo .

Así, el psicólogo asegura que para una persona introvertida, un par de inocentes tazas de café antes de una reunión de trabajo pueden resultar un reto, especialmente si el propósito del encuentro es, por ejemplo, una discusión sobre las proyecciones del presupuesto, análisis de datos cuantitativos o algo similar. Pero, si en la misma sesión, el alma de la oficina, es decir, el colega extravertido debe hacer su presentación numérica de algún tema, es probable que la cafeína le ayude en mucho.

Pero ¿por qué el café tiene ese efecto desconcentrante sobre los introvertidos?

Todo se basa en la Teoría de la extraversión de Hans Eysenck y en la investigación de William Revelle, de la Universidad Northwestern. Ambas apoyan la idea de que los introvertidos y los extrovertidos difieren en el nivel de excitación neocortical del cerebro -en otras palabras, cómo es la alerta de una persona o cómo responde ante los estímulos de su entorno-. Según esta teoría, los introvertidos están sobre el nivel óptimo, es decir, son más fácilmente estimulados, mientras que los extrovertidos se encuentran por debajo del mismo nivel.

Aunque es más complejo que eso, este estudio es un modelo útil que permite hacer algunas predicciones. Esto sugiere que el rendimiento se ve comprometido en los introvertidos si se exponen a situaciones estimulantes, o si ingieren un estimulante (por ejemplo, cafeína), que los empuja aún más lejos de un nivel óptimo.

Eso no quiere decir que los introvertidos nunca deban beber café.

Tomar una taza después de aquellos momentos de precisión numérica sería mejor. En todo caso, deben tratar de no tener cafeína a la vista justo antes de algo así como una reunión importante, menciona Little.

Y claro que es importante considerar que no sólo la cafeína es la responsable de este tipo de efectos en los introvertidos. Todo lo que pueda ser un estimulante del sistema nervioso central (incluidos los estimulantes de recreo, juegos de video, etc), o incluso estar en un lugar ruidoso, creará un efecto similar en los más tímidos.