"Tengo 100% claro que no soy distinto de nadie por jugar bien un deporte. Soy un argentino más, como hay muchos, que tengo la suerte de disfrutar lo que hago, y que nací con la facilidad para una actividad determinada. No es un gran mérito".
Humilde, respetuoso, honesto, buena persona; así es él. Nació con la pelota naranja bajo del brazo, tanto que apenas terminaba de merendar corría hasta Bahiense del Norte, club en donde dio sus primeros pasos, ubicado a unos ochenta metros de su domicilio. Era como el patio de su casa.
De chico pedaleaba en bici hacia la escuela primaria ubicada a cuatro cuadras de su casa.
Fue muy buen alumno, tanto que en algunas ocasiones dejaba en aprietos a los profesores con preguntas avanzadas para la edad que tenía.
Lejos de su ciudad natal, persiguiendo un gran sueño, comenzó su carrera profesional en 'Andino Sports Club' de La Rioja, en donde lo nombraron mejor debutante de la Liga Nacional. Luego volvió a Bahía, para formar parte del plantel de 'Estudiantes de Bahía Blanca', logrando crecer como deportista.
Con 21 años emigró a Italia y firmó contrato con el 'Basket Viola Reggio Calabria' y posteriormente dejó su huella en el 'Kinder Bolonia' logrando dos Copa Italia, una Liga Italiana y una Euroliga. Citado por Rubén Magnano, disputó la Copa del Mundo de Indianápolis con la Selección Argentina, finalizando en el segundo puesto y formando parte del quinteto ideal.
Llegó 2002, el año en que dio el salto a la liga más competitiva del mundo. Con hambre de gloria firmó para San Antonio Spurs y en su primera temporada tocó el cielo con las manos al lograr su primer anillo. Estados Unidos, más precisamente la NBA, es sin dudas su lugar en el mundo del básquet.
El mismo que de pibe escuchaba las canciones de la Bersuit, dos años más tarde era considerado uno de los jugadores argentinos más importantes del baloncesto.
Y, como parte de la "Generación dorada", junto a Scola y Nocioni entre otros, logró la Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos con el seleccionado nacional.
Pasaron las temporadas y llegaron los títulos, campeón 2005 y 2007. El argentino de piel blanca se mezclaba entre los morochos musculosos estadounidenses enseñándoles a jugar básquet en sus propias caras.
Los simpatizantes de los Spurs disfrutaban.
A 29 años de su primer partido profesional en la provincia de La Rioja y a 36 años de su nacimiento, ya en la recta final de su excelente e intachable carrera, por si faltaba algo más, consiguió su cuarto anillo con los San Antonio Spurs.
Producto de Raquel y José, Emanuel Ginóbili, el menor de los hermanos con los que en la infancia andaban juntos en bicicleta. Padre de Luca y de los mellizos Dante y Nico; marido de Marianela Oroño; adicto a la cibermanía y los libros.
Gran profesional pero sobre todo gran persona. Eso sí, cuando está en Bahía Blanca no se priva de comer un asado -es lo que más extraña- en familia y nunca faltan las reuniones con los amigos que conserva de la secundaria.
A sus pies su majestad.