El miércoles pasado, el seleccionado de Brasil tuvo su primera derrota en la Copa América 2015. Pero perdió más que un juego con Colombia, que sólo pudo anotar un tanto (aunque uno mortal para el orgullo de los cariocas): el equipo brasileño perdió a su más valioso jugador, Neymar, quien fue expulsado a segundos de finalizar el encuentro. "Tienen que usar las reglas contra mí", dijo furioso el crack a la prensa mundial, insinuando que es la única manera de pararlo en la cancha.

El disgusto del jugador del FC Barcelona estuvo dirigido hacía el árbitro que ofició el encuentro, el chileno Enrique Osses.

Neymar había recibido primero de parte del trasandino una tarjeta amarilla durante una clara jugada de gol. Luego le llegaría la segunda amarilla por darle un pelotazo a un jugador colombiano que celebraba la victoria.

Si bien el jugador reconoció que no estuvo bien lo que hizo, no está para nada de acuerdo con su expulsión. De hecho, según palabras de Osses, en todo el encuentro Neymar se mostró contrario a las decisiones del árbitro, llegando a decirle al chileno que buscaba fama a costillas suyas.

Pero la molestia de 10 de Brasil está lejos de apaciguarse. Hoy se dio a conocer la decisión del Comité de Disciplina, que suspendió por dos fechas al brasileño. Ya se sabía que Neymar no formaría parte de la formación que saldrá a la cancha este domingo en Chile, pero nadie imaginó que la ausencia del crack se extendería hasta un encuentro más.

El castigo para el colombiano Carlos Bacca fue menos severo. El jugador de Colombia había sido el otro expulsado del encuentro por su pelea con Neymar, pero su sanción sólo le alejará de la cancha por un partido.

Más allá del enojo que las últimas noticias vayan a generar en Neymar, Brasil sufre por los encuentros que deben afrontar sin su estrella.

En el último Mundial demostraron que sin su Diez poco "jogo bonito" tienen por mostrar ¿Volverá el equipo carioca a perder por siete tantos en contra?

Ese es el gran fantasma que sobrevuela al seleccionado y a todo Brasil.