La noche del 5 de agosto de 2015, el pueblo millonario, reunido en el Estadio Antonio Vespucio Liberti logró tocar el cielo con las manos. Un cielo nublado y con lluvias torrenciales, que no fueron impedimento para que familia y amigos se reunieran para ver el espectáculo.
Una vez más, la búsqueda de la gloria fue el objetivo principal. Si te caiste, aunque mejor dicho te pecharon, no importa,levantate, sacudite las rodillas y seguí. Comenzá a caminar a paso lento y cuando querás acordar ya habrás dado la vuelta olímpica. Todo comenzó con dos metas claras: para River levantar la tercer Libertadores, para Tigres ser el primer equipo mexicano en ganarla.
Cuando comenzó el primer tiempo existió presión por ambos lados, apenas transcurridos dos minutos Fernando Cavenaghi lanza un balón cruzado para Lucas Alario sin éxito alguno. Pasados los veinte minutos el equipo millonario comenzó a formar los cimientos para imponerse con vehemencia y presión. El defensor Ramiro Funes Mori cometió un error que puso desembocar en un tanto para Tigres, pero rapidamente pudo remediar.
Pasados los 36´ la lluvia se volvió más intensa y recién un minuto antes de arribar el entretiempo apareció el joven promesa, Lucas Alario para consagrar el camino de la victoria. El "Tostado" oriundo de Santiago del Estero, recibió un centro de Leonel Vangioni que desbordaba por la banda izquierda y supo aprovechar con un inesperado cabezazo para unir el Liberti al grito de "gol".
El segundo tiempo comenzó sin precedentes y el olor a victoria ya era percibido. Tigres estuvo a punto de igualar el marcador en reiteradas ocasiones. Hubo gran presión por parte del equipo azteca, pero falta de confianza e iniciativa a la hora de definir. A los 74´ apareció el uruguayo Carlos Sánchez para cobrarse un penal y convertir el segundo tanto de la noche.
River logró reducir espacios con un Leonardo Ponzio como protagonista de la noche y dueño del mediocampo. Se retira del campo de juego "El Torito" vistiendo la número 19 por última vez. A los 78´ el mellizo Ramiro Funes Mori vuelve a hacer temblar el estadio con un cabezazo contra el arco rival y anotar el tercer y último tanto de la noche.
Gritos, llantos y lágrimas fue lo que vivió el hincha riverplatense. Niños y jóvenes añoraban con conocer este placer de tocar el cielo con las manos, de adueñarse de América. Adultos y ancianos con revivirlo y dejar de hablar de este placer en tiempo pasado. "Rayados de Monterrey" tuvo una gran actuación en este certamen, digno rival y digno subcampeón. El conjunto conducido por Ricardo Ferretti está empapado de talento, lo que determinó un espectáculo intenso por ambos lados.
El futbol es así, el fútbol siempre nos regala revanchas que la vida no nos ofrece. Te caes, te levantás, perdés, salís campeón. Es nuestra eterna garantía de triunfo.