River terminó el verano con una victoria que suma en lo espiritual más que en lo futbolístico. Lo cierto es que fue un partido más intenso, violento y cargado que jugado. El primer tiempo fue parejo aunque Boca jugó algo mejor, generando algunas jugadas peligrosas más claras y atacando con más profundidad. El Millo se adueñó de la pelota pero no supo cómo ni cuándo atacar. En medio, un partido cargado de fuertes entradas, faltas repetidas, constantes y algunas muy duras. El Superclásico empezó picado, arrastrando broncas, pasando facturas de partidos anteriores; o bien perdiendo la cabeza por el marco del encuentro, aunque en realidad no se jugaba nada más que un amistoso.
La carga emocional que impone el público parecería suficiente para que los jugadores estén más concentrados en meter que en jugar.
En la segunda parte River se tranquilizó, puso la cabeza en jugar y dominó casi por completo el encuentro. Los volantes llegaron más al fondo, los delanteros aumentaron la movilidad y ofrecieron más alternativas ofensivas que en el primer tiempo; y el equipo creció y se hizo dueño de las situaciones. En una buena recuperación ofensiva de Driussi, el juvenil tocó para Pity e Insaurralde cometió penal al tocarla con la mano cuando fue al piso a marcar. El propio Driussi se hizo cargo y facturó el 1-0. Poco después, un centro preciso de Martínez desde la derecha encontró la cabeza de Arturo Mina, entrando por el medio del área grande, para sellar el marcador.
River fue apenas superior y lo liquidó en unos minutos de concentración. Sólo quedó tiempo para las clásicas e innecesarias peleas con expulsados de ambos lados. Calenturas innecesarias causadas por la impotencia del resultado y resabios de golpes anteriores en el partido.
Punto final para el verano de River. El sábado que viene, ante Lanús en La Plata, jugará el primer partido por los puntos y será con la posibilidad de sumar un título: la Supercopa Argentina.
Luego, encarará el gran objetivo del año, la Copa LIbertadores, e intentará recuperar el terreno perdido en el torneo local. Otro año lleno de desafíos para los de Gallardo, tras una intensa pretemporada de preparación.
Driussi, de penal, marcó el 1-0
Arturo Mina conectó de cabeza y cerró el marcador:
La pelea de los jugadores de ambos equipos: