Vivir en una relación destructiva es tan dañino como consumir drogas y como cuando estás inmerso en el terrible mundo de los estupefacientes, una mala relación te amarga, te destruye, te transforma… te va matando poco a poco.

Desigualdad ante el deleite

Los enamorados suelen idealizar a la persona amada. De forma inconsciente esperan que llene los vacíos emocionales que les dejó su propio pasado.

Tanta expectativa puede ocasionar que el que ama se niegue a reconocer los defectos que tiene su pareja y esto puede llegar al grado extremo de que, en algunos casos, el enamorado sacrifica su propia salud emocional con tal de poder conservar la relación.

El psiquiatra e investigador de campo de la Universidad de Memphis Jullien Reynaud dice que "una explicación a esto es que en la mente del ser humano es imposible diferenciar la biología de la Psicología. Por ejemplo, el circuito eléctrico cerebral recibe una gran influencia de la historia personal de cada individuo. Si desde su infancia una persona se acostumbra al sufrimiento, como adulta adquirirá un gusto por el dolor".

Razones para no romper

Esta clase de programación puede ocasionar que la persona se resista a cambiar los patrones de conducta aprendidos, pues representan los valores de su entorno familiar. Por ello, nuestra evolución psíquica puede hacer que nos sintamos atraídos por relaciones disfuncionales. Con todo, esto no es una fatalidad: "Si las experiencias de la niñez graban un surco deseo-placer-carencia, la adolescencia puede, sin duda, reprogramar el funcionamiento psíquico", señala Reynaud.

Muchas personas asocian, sin querer, vivencias pasadas con figuras de autoridad que le fueron queridas en la infancia, incluso si le significaron sufrimiento o devaluación. Así, se involucra con ellas y no se atreve a romper.

El doctor Nanni, de la Universidad de Oklahoma, explica este tipo de dependencia: "aunque el individuo se de cuenta y quiera terminar la relación dañina, se encuentra tan enganchado que le resulta muy difícil hacerlo". Por eso, determinadas relaciones amorosas pueden resultar muy destructivas, sobre todo cuando la persona involucrada debe pagar un alto costo a nivel afectivo y emocional. "Cuando la relación deja de ser placentera y además se vuelve irracional, el individuo se aferra a perpetuarla a pesar de que le afecte en otras esferas de su vida", advierte Nanni.

Posteriori

Una vez liberado del compañero nocivo, uno debe preguntarse: ¿cómo pude estar con alguien que no merecía mi atención? El psiquiatra Reynaud ofrece una explicación: "Es buen recordar que una persona puede caer en la locura del amor porque obtiene placer y emociones fuertes".