A diferencia de la leche de vaca o de cabra, la leche de almendras es fácil de hacer con sólo unos pocos y simples pasos y a muy bajo costo. Y lo mejor es que para conseguirla ¡ningún animal es necesario!

Pero, ¿por qué es bueno consumir leche de almendras? Porque está libre de lácteos. Es rica en vitaminas, y minerales como el calcio, hierro, magnesio, potasio y fósforo, además de zinc y omega 6, y es un maravilloso sustituto de la leche de vaca y de cabra, ya que no contiene grasa saturada ni colesterol.

A nivel cardiovascular, la leche de almendra ayuda a mejorar los niveles del colesterol bueno (HDL) y reducir los niveles de colesterol malo (LDL) y triglicéridos, y además contribuye a fortalecer el corazón.

La leche de almendras casera tiene, además, un sabor increíble, porque es mucho más cremosa y más fresca que las diferentes variedades que se compran en el súper.

El proceso de elaboración de la leche de almendras es muy fácil.

Aquí te dejo los pasos a seguir para disfrutar una deliciosa leche de almendras frescas en tu mesa.

Para 2 tazas

Ingredientes

1 taza de almendras crudas.

2 tazas de agua purificada, para remojar las almendras.

1 cucharadita de miel o -si conseguís- jarabe de arce.

Modo de preparación

1. Colocá las almendras en un tazón grande y dejalas remojar durante toda la noche sin tapar el recipiente (cuanto más tiempo se remojen, más cremosa será su leche). Las almendras absorben el agua, así que al amanecer estarán mucho más grandes.

2. Escurrí las almendras y enjuagá con agua fría. Ya deberán estar suaves. Colocá las almendras remojadas en una licuadora con dos tazas de agua. Licuá a velocidad alta durante unos dos o tres minutos, o hasta que la mezcla tenga una buena consistencia. El agua será blanca y opaca. Vertí el contenido en el tazón.

3. Forrá un colador con una gasa, y también la boca del tazón. A continuación, echá la mezcla de leche de almendras en el colador. Utilizá tus manos para exprimir al máximo la harina de las almendras.

4. Agregá la miel o el jarabe de arce, al gusto y ubicá el preparado en un recipiente de vidrio sellado en la heladera. Te durará dos días.