La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), mediante un comunicado, solicitó ayer al Gobierno venezolano que deje de hostigar a la Prensa opositora o crítica al régimen del presidente Nicolás Maduro. Se mencionó en el comunicado que en meses pasados funcionarios gubernamentales de elevado cargo realizaron declaraciones que pueden ser consideradas estigmatizantes además del hostigamiento por la vía de la Justicia.

Para la CIDH los mencionados hechos provocan un deterioro aun mayor del derecho a la libertad de expresión en Venezuela y ponen en una situación riesgosa a todos aquellos trabajadores de prensa que tienen una posición ideológica contraria a la del Gobierno Nacional.

Criticó también la CIDH, la reducción de la diversidad informativa que se ha visto acentuada este año, probablemente por tratarse de un año electoral. Sobre esto, la mencionada organización internacional ha repetido que sin pérdida de tiempo debe culminar todo tipo de agresiones verbales o judiciales que tengan por objetivo detener la libre circulación del pensamiento crítico.

Para terminar se criticó duramente a las interferencias a las transmisiones por Internet de ciertos medios de comunicación que presuntamente ocurrirían en Venezuela, aunque desde el Gobierno se niegue rotundamente que algo así ocurra o haya ocurrido.

La CIDH es una comisión autónoma pero miembro de la Organización de Estados Americanos creada en 1959 con el objetivo de promover y proteger los derechos humanos en el continente.

El sexto capítulo de su informe anual, conocido como “la lista negra”, indica cuáles son los países que precisan una observación privilegiada por las violaciones a los derechos humanos que allí ocurren. En el informe de este año, aprobado el 28 de febrero, Venezuela, una vez más se encuentra en esa lista y se critica, por ejemplo, que el presidente Nicolás Maduro considere “golpista” a televisoras regionales que han emitido contenido crítico a su gestión o que simplemente dieron a conocer las protestas que grupos estudiantiles realizaron en su contra en Táchira, región ubicada al suroeste del país.