"Operación Masacre" es un clásico y un referente de la no ficción. Esto se debe a que es la primera crónica novelada de un suceso real de la historia Argentina. Rodolfo Walsh, autor de este estreno, desarrolló un complejo trabajo de investigación sobre una masacre ocurrida durante la dictadura denominada "Revolución Libertadora".
Hubo un intento fallido de derrocar al gobierno militar el 9 junio de 1956. La represión por parte del gobierno de facto fue bestial y hubo homicidios en los distintos levantamientos que se intentaron llevar a cabo en el país.
Entre los masacrados aparecieron gran cantidad de civiles.
A fines de 1956 Walsh comenzó su intensa investigación. Abandonó su casa y se instaló en un rancho en Merlo, cambió su nombre a Francisco Freyre gracias a una cédula falsa y llevó un revólver consigo a todas partes. La historia comenzó en la noche del 9 de junio de 1956, cuando varios hombres se juntaron a escuchar una pelea de boxeo en una casa en la localidad de Florida.
Un poco antes de la medianoche la policía irrumpió en esa propiedad indicando que era una reunión clandestina en la que sus participantes estaban al tanto de los levantamientos contra el gobierno de facto. Cometieron un grosero error ya que la mayoría de los hombres en esa vivienda no estaban enterados del intento de golpe contra el gobierno, excepto por los señores Gavino y Torres.
A todos estos hombres los trasladaron a la Unidad Regional de Policía San Martín y desde allí los llevaron en la parte trasera de un camión a un descampado de José León Suárez. El teniente coronel Fernández Juárez se comunicó con el inspector Rodríguez Moreno para que ejecute a los supuestos "traidores".
Así fue que dicho inspector, junto al comisario Cuello y al oficial Cáceres comenzaron la balacera por las espaldas de estos simples civiles.
Fue la famosa "Operación Masacre". Los acribillaron sin piedad sabiendo que eran inocentes de cualquier cargo, y aún si supieran del levantamiento, es imposible justificar dicho acto de crueldad.
Los fallecidos fueron: Carranza, Garibotti, Lizaso, Brión y Rodríguez. Los inexplicablemente sobrevivientes fueron: Di Chiano, Giunta, Díaz, Gavino, Livraga, Benavídez y Troxler.
Gracias a estos es que Walsh consiguió rearmar toda la historia con lujo de detalles. Varios de los que quedaron con vida fueron torturados y luego estuvieron mucho tiempo exiliados. En el texto habla de los responsables de esta feroz masacre, a modo de denuncia.
En la década del 60, reflexionando sobre su libro de no ficción, Rodolfo Walsh habla con decepción al decir que no pudo cumplir los objetivos que se propuso al escribir ese suceso real. Su pretensión no era sólo dar a conocer la historia de estos hombres que fueron ultrajados y en muchos casos cuyas vidas y familias fueron arruinadas, sino que también buscaba culpables y sobre todo justicia. Sin embargo todos los homicidas quedaron impunes y calificó esto como una derrota en su lucha por combatir el terrorismo de Estado.
La intención de esta reseña, no sólo es rememorar el estreno de la no ficción en manos de uno de los más destacados periodistas en la historia de nuestro país y remontarnos a la masacre ocurrida medio siglo atrás, sino también y por sobre todas las cosas, que su palabra siga vigente, que no haya podido ser silenciada con su secuestro y posterior muerte en 1977. La enseñanza que nos dejó es que el temor no debe enmudecernos, que si realmente buscamos un cambio debemos actuar y no mantenernos en la censura.