Toda la verdad sobre la vida y muerte de Kurt Cobain, se aleja seguramente de lo que todo fan de la banda Nirvana desea ver en un posible homenaje teatral al cantante fallecido en la década de los 90’s. En la obra solo algunas letras de sus canciones plasmadas en pantalla de cine como fondo del escenario representan al icono musical, pero quizá el espíritu de rebeldía y la esencia del desencanto social que promulgaban las bandas clásicas del grunge, se reflejan en las personalidades de algunos de los protagonistas.

Sin casi elementos sobre el escenario, la puesta carece de escenografia, solo algunos baúles de transporte servirán de puff para los intérpretes, y distintos micrófonos de pie o inalámbricos.

Si se cuenta con una pantalla grande de video, esencial instrumento para que los jóvenes actores subrayen citas del texto y al mismo tiempo se representen referencias visuales de los grandes cambios radicales ocurridos en esa época. La crisis del Sida, la eterna adolescencia, la bohemia artística o la lucha del adolescente por trascender y alejarse del auge de la depresión.

La dirección de Wilhelmi es audaz, el espectador es sumado a la obra performática-musical desde un principio por los protagonistas. Como en una especie de conferencia de prensa, el auditorio escuchara atento los relatos de vida, vera representados algunas partes del pasado de los jóvenes o contara con la posibilidad de preguntarles en directo sus futuros anhelos o fracasos vividos.

Una ruptura de la cuarta pared para permitir una conexión segura entre ambas partes. En el escenario tres jóvenes actores de solido nivel interpretativo dan vida a los revolucionarios postadolescentes. Paloma Contreras es Nadia, una bailarina frustrada. Diego Benedetto, Dodo, amigo fiel y compinche de aventuras, también bailarín, pero de actual profesión, taxiboy.

Y Guido Botto Fiora es Karel, estudiante de publicidad, modelo y el gestor del prometedor show sobre Kurt Cobain, que encaminara la difícil vida del trio en la época postcomunista surgida en la ciudad de Bucarest.Buen nivel actoral.

Esta pieza fue producida por EUNIC, Embajada de Rumania en Argentina, Instituto Cultural Rumano, Ciudad Cultural Konex y Festival Internacional de Dramaturgia Europa + América. Basada en la dramaturgia del joven rumano Peca Stefan, se expone todos los sábados 20 hs, en la Ciudad Cultural Konex, ubicada en Sarmiento 3131. Apreciable show.