El petiso orejudo presenta la biografía de Cayetano Santos Godino, aquel aberrante personaje, asesino serial de niños que sacudió el ámbito nacional a principio del siglo pasado. Pero en esta pieza teatral el personaje esta tan bien representado y logrado que conmueve al espectador desde diferentes puntos de vista.

La puesta presenta la historia desde el asesino mismo y varias personas que se relacionaron con el caso, desde madres de sus víctimas, psicólogos, guarda cárceles, compañeros de reclusión, médicos o el director de la cárcel del sur del país, Ushuaia.

El trio actoral es muy bueno, cada uno sobresale en sus variadas interpretaciones. Pablo Juan, representa increíble al personaje principal, Cayetano Santos Godino, de manera personal, certera e intimista nos aproxima al adolecente capaz de realizar escalofriantes hechos, desde sacrificar pequeños animales a inocentes niños sin remordimiento o culpa y con ingenua justificación. La actriz Basia Fiedorowicz con sensibilidad y crudeza nos representa varios personajes, el dolor vivido por numerosas madres frente la perdida de sus hijos o la vivaz curiosidad de una periodista por el hecho al concurrir a la cárcel más austral del continente. Y Enrique Cabaud representa de manera estupenda múltiples personajes, la mirada más formal del caso, funcionarios y médicos relacionados con el hecho policial.

La escenografía es mínima pero efectiva para acentuar las actuaciones y la musicalización es un certero viaje al sur, a Ushuaia, la cárcel donde “El petiso orejudo” pasa la mayoría de sus días. Con gran inteligencia el director Adrián Cardoso junto al autor, Julio Ordano presentan la trama como un gran juego de reflexión. Los personajes y sus cambios, de manera sutil evidencian el avance del tiempo, pero también son testigos de aquello que nunca cambia.

El oyente no puedo escapar a sentir múltiples emociones: horror, soledad, compasión, desprecio, ultraje, solidaridad o aberración, todo en poco más de una hora.

En resumen, una pieza que nos acerca de manera cruda a la terrible historia del asesino, pero nos hace entender y conocer las distintas miradas que puede tener tan conmocionaste caso policial del hecho, diferentes posiciones morales y éticas, un mix de impresiones que nacen de la creación de Ordano.

La obra lleva varios años en cartel en distintos escenarios y esta pequeña temporada es en el barrio de Almagro, en la sala “La lunares”, Humahuaca 4027, Capital Federal, Buenos Aires. Funciones: los jueves 21 horas. No se la pierdan.