Buenos días pasajeros de vuelo TransAsia Airways GE 22.
Hoy subieron al avión sin saber que sería su último viaje. Muchos de nosotros, nos encontramos en una puerta de embarque, dudando si tomar el vuelo o dejar que el destino se ocupe de nuestro viaje.
La primera preocupación que existe es si el vuelo estará en hora, si nos desplazamos dos horas antes al aeropuerto para realizar sin problemas la facturación y posterior embarque y, nos olvidamos, que ese viaje, puede ser el último.
Llegamos al aeropuerto con prisas, adormilados, pensando en el peso de nuestras valijas, en lo que empaquetemos, pensando que pueden robarnos el equipaje antes de llegar a nuestro destino y, dejamos en manos de la compañía nuestra vida sin pensar un segundo en ello.
Hoy, lamentablemente, son muchas las personas que subieron con diferentes pensamientos al vuelo de Taiwan TransAsia, con diferentes motivos, ocio, trabajo, recreo o simplemente despistados ante la posibilidad de que sería el último viaje de su vida. Ahora, será la caja negra la que hablará por todos ustedes, pero serán sus familias las que los llorarán, los extrañarán y les guardarán el debido luto.
Deberíamos ser más sensibles ante tan trágica noticia, las portadas de los diarios mostraran fotos del avión desplomándose, los vídeos en internet correrán a la velocidad de la luz -como vuestras vidas-, el eco de la noticia llegará a rincones recónditos, pero muchos se olvidan que lo que se perdió fueron valiosas vidas.
Padres de familia, solteros, empresarios, turistas, empleados de vuelo, sonrisas, alegrías, buenas noticias, futuros momentos, personas... Seres humanos queridos. Millones de vuelos deben estar en marcha con la mente congelada por lo sucedido, caras de susto al despegar, caras de alegría al aterrizar. Cientos de miles de vidas esperando en el aeropuerto con las mismas sensaciones, con las mismas preocupaciones, con los mismos sueños e ilusiones, pero con distinto sino.
Hoy es un día negro en nuestro calendario, hoy el mundo busca la noticia, hoy los pilotos recuerdan a sus seres queridos, hoy cada uno de sus familiares lloran por sus sueños no cumplidos. Su vuelo no tenía pasaje de vuelta, como esta maldita vida que se empeña en despertar a cualquiera.