En la actualidad, por el exceso de trabajo o por atender a todas nuestras obligaciones familiares o personales, nos olvidamos de nuestras queridas mascotas. Si le dedicáramos un tiempo cada día, sabríamos más de ellas y de sus necesidades. Se evitaría así, por ejemplo, la existencia de felinos insatisfechos, que pierden el interés por la vida o por sus actividades cotidianas, llevándolos a la depresión y a posibles enfermedades incurables a causa del estrés y del mal cuidado.
Por ello te daré algunas recomendaciones para tener en cuenta, a la hora de adoptar en tu familia a este nuevo integrante:
- Debes estar atento a que tenga agua limpia en un solo lugar de la casa, para que siempre vaya a buscar allí y así controles cuánto bebe al día. Los gatos no toman mucha agua; si el tuyo lo hace, visita a tu veterinario; puede tener problemas renales o alguna infección urinaria.
- Debes castrarlo para prevenir ciertas enfermedades, evitar la preñez y mejorar la convivencia. Castrando al felino a los seis meses de edad, impedimos el vagabundeo y reducimos sus niveles de agresividad.
- Darle tres veces en el día alimentos. Más de eso no, porque resultará un gato obeso con problemas futuros. Lo más recomendable es un buen alimento balanceado para los que son sanos. En algunos casos, con la edad avanzada no toleran los alimentos comunes, por lo que deben ingerir comida recetada.
- Es importante cortarle siempre las uñas para que esté limpio y no tenga microbios en sus garras. Para ello hay que usar un alicate, poniendo sus garras de costado y, antes de la parte rosada de sus uñas hacer el corte para no lastimarlo.
- El arenero donde hace sus necesidades debe ser limpiado periódicamente. Debe ser de uso personal; si hay más de dos gatos en el lugar no deben hacer en el mismo sitio porque pueden contagiarse parásitos.
- Si vives en un departamento sin acceso a un patio para jugar, debes armarle un lugar de recreación para que no se estrese y no esté desganado y con sobrepeso. En ese sentido, se le puede comprar o hacer un rascador, que consiste en un tubo con un soporte que lo sostiene al piso forrado con hilo sisal. En él descargará su energía rascando con sus uñas y se divertirá al mismo tiempo, salvando nuestros sillones de sus garras. También puedes comprarle una rata de peluche o una pelota, que hay en cualquier veterinaria, para que juegue y puedas compartir un rato con ellos. Esto hará que se sienta pleno y protegido, sin olvidarte del peine, que debes pasarle cada tanto para sacarle la cantidad de pelo extra, logrando que no se los trague al limpiarse, provocando bolas de pelo.
Si tomas todas estas precauciones y escuchas sus pedidos y necesidades básicas, lograrás una conexión con tu felino y una relación duradera de años con un amigo felpudo incondicional.