Las agujas del reloj siempre giran hacia adelante y el tiempo nunca retrocede, pero parece ser que en la política todo es posible. Desgraciadamente para este radicalismo tan añejo y con personalidades de gran talla, las agujas han vuelto hacia atrás, y los referentes (sin referencias) de hoy han tirado por la borda todo ese concepto de partido histórico.

No soy de la U.C.R., pero me da mucha pena ver a "ciegos" de política y de proyectos acobijándose en otros partidos de "paso", que sólo cumplen una mera función y se desinflan. Viendo todo esto, y meditando, menos mal que NO SOY radical.

Don Hipólito, Don Raúl, Don Arturo o Don Ricardo volverían a cerrar sus ojos ante semejante desconcierto de actitudes y aptitudes de sus progenitores políticos. He visto pasar muchos acuerdos y todos fueron desacuerdos.

Los partidos son como los equipos de fútbol; siempre y hasta morir se juegan con una y única camiseta. Nunca podré ser de Independiente y de Racing a la vez; como tampoco peronista y radical; porque los conceptos, los códigos y, mucho menos, los amores, no se cambian. Podrán acomodarse (mirando al futuro); podrán actualizarse (mirando al futuro), pero nunca podrán modificarse, y mucho menos retrocediendo.

Por la venas corre sangre y en esa sangre tenemos nuestro color político, deportivo o cual fuere para nuestro sentimiento; es por eso que nunca se altera.

Y en estos días de desconcierto político, de aleaciones ficticias, de acompañamientos circunstanciales, y de oportunismos sacrificados veo que el Partido radical en retroceso, modificando toda su historia, su trayectoria y su oportunidad de ser el blanco o el negro del único contraste posible de esta época política. Se pierde la posibilidad de recuperar su gente, de recuperar su pueblo y de recuperar sus RAÍCES.

Los nuevos referentes quieren ver en "otros" lo que ellos mismos no son; quieren construir castillos en el aire que seguro caerán. Muchas veces es preferible empezar construyendo un "rancho" que seguro no se derrumbará, porque en ese "rancho" clavarán primero sus cimientos, sus verdaderas raíces, sus verdaderas convicciones y sus verdaderos proyectos, para que las agujan del reloj y del tiempo siempre giren hacia adelante.

Como decía la canción "Adelante Radicales..."