Como ya es habitual desde hace 8 años, el PRO volvió a conquistar a la mayoría del electorado porteño. En esta ocasión el gran ganador de la jornada fue Horacio Rodriguez Larreta, quien se impuso a su compañera de equipo, Gabriela Michetti.

Ahora bien, no menos cierto que esto es que si bien el partido dirigido por Mauricio Macri es el preferido de la 'city', esta situación no se repite en el resto del país. Es entonces que me pregunto ¿Qué criterio tiene la capital para elegir a sus representantes? Aún cuando el Frente para la Victoria con Mariano Recalde a la cabeza propone expander el modelo inclusivo a la ciudad, ésta, se rehusa y vuelve a optar por partidos tradicionales de derecha.

Muy a pesar del agobiante marketing político que ostenta Macri, la gente se sigue inclinando por sus propuestas, lejos estas de mejorar la calidad de vida de los porteños. Tal vez el modelo inclusivo no sea justamente el preferido de los porteños. Esto es curioso en una ciudad que hace caso omiso al desalojo de cientos de familias que debieron contemplar como una topadora pasaba sobre sus casas ¿Cuánto lugar puede tener un proyecto de estas características? Parece ser que el voto de la Capital evoca aquella premisa neoliberal: "Pobres cada vez más pobres y ricos cada vez más ricos".

Por otra parte, al analizar los festejos y el discurso del PRO, uno puede detenerse a pensar varias cuestiones.

Luego del triunfo de Larreta, Macri se pronunció ante los presentes haciendo énfasis en la necesidad de ''trabajar juntos'' para seguir mejorando la ciudad. ¿Qué quiere decir Mauricio con ésto? A simple vista resulta un cliché, pero podría ser mucho mas que eso. La unidad que él supone tiene por fin la supresión de las clases sociales, y no precisamente porque estas dejen de existir, sino más bien para que su presencia resulte soslayable.

La famosa unidad, en boca de los poderosos, resulta ni más ni menos que el deseo de descomprimir las presiones sociales que se organizan en el seno de la clase trabajadora.

¿Acaso alguien puede pensar que el famoso baile de Macri sea sólo un festejo? Ni por asomo. Historia repetida. No hay que remontarse mucho tiempo atrás para ver a los políticos siendo protagonistas centrales de los magazines televisivos de la década de 1990. Se trata ni más ni menos que del ya repetido hasta el hartazgo, marketing político.