Las proteínas constituyen alrededor del 50% del peso seco de los tejidos y no existe proceso biológico que no dependa de la participación de este tipo de sustancias.

Piensa en cualquier parte de tu cuerpo y verás proteínas. Estas forman y nutren los huesos, los dientes, el pelo, los músculos y son la base de las hormonas y enzimas. Con todo esto, parece clara su importancia en la alimentación. Sin embargo, según la nutricionista Rebeca Macaloi de la Universidad de Oklahoma, en Estados Unidos, es necesario tener cuidado a la hora de escoger sus fuentes: tanto los animales como los vegetales nos suministran proteínas, pero en las carnes y huevos estas sustancias están más concentradas.

Por eso, dice, "el exceso de carne en la alimentación puede desequilibrar el organismo y dañar el sistema circulatorio". Asimismo, quien opta por una alimentación vegetariana, debe variar sus fuentes de comida para no tener insuficiencia de proteínas. La especialista asegura que hay tres grupos que son fuente importante de proteínas:

Leguminosas

Este grupo está libre de colesterol, aunque contiene proteínas en una cantidad inferior a las que vienen de los animales. La única excepción es la soya, que tiene un alto porcentaje de proteínas, pero con la desventaja de ser rica en grasas.

Carnes y huevos

Suministran las proteínas indispensables para los procesos de crecimiento y reproducción.

Antes se hablaba de que su desventaja era la abundancia de colesterol, que es exclusivo de los alimentos de origen animal. Sin embargo, algunas investigaciones realizadas recientemente presumen que el huevo no contiene colesterol malo.

Leches y derivados

Gran parte del calcio que se necesita para la formación y mantenimiento de huesos y dientes proviene de esta categoría.

No obstante, algunas personas tienen problemas con el consumo de leche, pues les provoca disturbios digestivos o del sistema inmunitario (mucosidad y problemas respiratorios). Además, son alimentos ricos en grasa. Por lo tanto, su consumo debe ser controlado.

Ante la intención de perder peso, la dieta debe aportar una suficiente proporción de proteínas. De otra manera, se corre el riesgo de quedar sufrir desnutrición y flacidez. Por el contrario, si hay exceso, se pueden perjudicar los riñones y la circulación.