¿Por qué apreciamos más los monumentos históricos y la arquitectura de las ciudades a las que visitamos como turistas y no le damos valor a nuestro patrimonio histórico que miles de extranjeros vienen a visitar a diario?.

Cuando estamos de visitantes en una ciudad, tenemos la mente más distendida y contamos con mucho más tiempo para poder detenernos a apreciar cada detalle que nos rodea... pero, ¿qué nos pasa cuando estamos inmersos en nuestra rutina y dejamos de apreciar lo que nos rodea cotidianamente?

No es casualidad que tengamos muchas más fotos con el Empire State que con el Obelisco, que hayamos pasado muchísimas horas recorriendo el Louvre y que no hayamos ni siquiera entrado al Malba, o que hayamos recorrido el Coliseo y nunca el Colón.

¿Qué nos lleva a apreciar más lo ajeno que lo propio? ¿Por qué dejamos que la cotidianidad nos sumerja en una ceguera que nos lleve a no poder valorar lo que tenemos? Esto sucede no sólo con la ciudad en la que vivimos, sino también las que solemos frecuentar.

No es casualidad que los turistas conozcan más la ciudad que nosotros mismos, ya que al vivir acá solemos ser habitués de los mismos lugares de siempre. ¿Cuántas veces visitamos el teatro Colón? Muy probablemente una vez con la escuela primaria, o peor aún, nunca. Y pasa lo mismo con un montón de lugares.

Sobre todo porque seguro que, cuando vamos al exterior, nos sacamos fotos o visitamos hasta el lugar más insignificante de la ciudad en cuestión, pero desconocemos los sitios más concurridos de nuestra ciudad, que podrían reconectarnos con el corazón de nuestra cultura.

En mi caso personal, una vez fui a Rosario, por ejemplo, y en la terminal escuché a un local decir: "Qué vienen a ver acá? Quédense en sus casas".Y resulta que Rosario es una ciudad que hay muchas cosas para ver y ese lugareño, evidentemente, no se pudo percatar de ello.

Es por esto que propongo que le demos oportunidad a nuestra ciudad y tengamos una cita con Buenos Aires, o cual sea su ciudad de residencia. Vayamos al Colón, visitemos el Cabildo o la Rosada, entre otros lugares de interés que tenemos.