50 años ha cumplido el bueno de Lanegan, el hombre de voz aguardentosa y que principalmente se le recuerda por haber sido el líder del grupo Screaming Trees.

Tiene nuevo trabajo y se llama Phantom Radio, Lanegan no para y el año pasado grabó un álbum de versiones y un disco con el guitarrista inglés Duke Garwood, las ganas y la motivación no faltan y él las necesita. Nadie podrá decir que el pelirrojo tenga actitudes acomodaticias, ya que dejó los Screaming pese a que tenían sus fans incondicionales y se ha adentrado en multitud de proyectos, de colaborar con Greg Dulli de los Afghan Whigs a transitar por la Música electrónica o aparecer en discos de Queen of stone age.

En su nuevo disco usa muchos sintentizadores e incluso una aplicación informática llamada "Funk Box", lo que da idea de su espíritu experimental que le ha perseguido desde siempre. En este año se lanzó un recopilatorio triple de sus canciones, el bueno de Mark asevera que la discográfica acostumbra a realizar esto recopilatorios/antología, aprovechó para oír algunas canciones que hacía años que no escuchaba, efectos secundarios de una discografía prolífica.

Nunca sabremos la verdadera razón por la que se rompieron Screaming Trees, pero él ahora hace un tipo de música bastante más calmada que la que hacía con ellos, aún así un cantante con una voz tan personal hace que la mayoría de los fans de los míticos Screaming le sigan en todos los proyectos que acomete, incluidos proyectos como aquel de Gutter Twins con el bueno de Greg Dulli que sirvió de alivio para sus situaciones personales o aquel proyecto que se unió para ayudar a Layne Staley a dejar las drogas llamado Mad Season.

La leyenda del paso de la droga en la Seattle de los 90 llegó a ser tan dañina que incluso los supervivientes que perdieron muchos amigos (Kurt Cobain, Layne o Andrew Wood) tuvieron que esforzarse por seguir adelante y han tenido que seguir en la ruta incluso escuchando lo que Mark tuvo que oír cuando un chico en un concierto se quedó llorando al darse cuenta que él no quería suicidarse. Más allá de poses y de rehabilitaciones la trayectoria de este músico es una lección de vida y de superación de sus propios infiernos personales.