Darío Bruno, miembro del Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR) y del Departamento de Deberes Cívicos y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista del Séptimo Día habla sobre la situación en Argentina.

- ¿La libertad religiosa en Argentina se ve afectada por el sostenimiento estatal de la Iglesia Católica?

- No la libertad, pero sí la igualdad. En este tema avanzamos bastante con la Reforma Constitucional de 1994, pero queda mucho por hacer. La Argentina no tendría que tener una religión oficial a la cual respalda y sostiene y estamos trabajando para conseguir eso.

- ¿Qué problemas relacionados con la libertad religiosa se observan en nuestro país?

- Muchos estudiantes judíos, adventistas o de varias denominaciones evangélicas tienen problemas cuando deben asistir a clases o exámenes los sábados. Ellos, por un tema de observancia de los Diez Mandamientos, creen que el reposo sabático sigue vigente y tenemos que ayudarlos. Muchas veces los docentes creen que se trata de un vago que no quiere estudiar y es todo lo contrario, porque si un chico se arriesga así por sus valores ¡imaginátelo cuando sea adulto! Hemos logrado la sanción de leyes que protegen ese derecho y estamos luchando para que esas leyes se extiendan también al ámbito laboral.

Recuerdo el caso de una escuela estatal en Neuquén donde no dejaban orar en los recreos a chicos miembros de una iglesia pentecostal, porque "la escuela es neutra".

¿Cómo es eso? Sólo si la oración fuera un elemento de proselitismo podrían impedírselo, pero no era ese el caso. Con el CALIR intervenimos en esos temas. No importa si se trata de un judío despedido por usar kipá o un testigo de Jehová que se niega a jurar lealtad a la bandera.

- Tiempo atrás algunos buscaban dictar leyes para limitar la presencia de símbolos religiosos en espacios públicos.

¿Esto beneficia o perjudica a la libertad religiosa?

- Se les fue la mano a algunos imponiendo simbología religiosa en ámbitos públicos e impidiendo que otros la pongan. Entonces, como un péndulo que va de un extremo a otro, vemos ahora el movimiento opuesto: nada de símbolos religiosos. Gran parte de los miembros del CALIR creemos que cuando el Estado ejerce una función no debe utilizar simbología religiosa detrás de esa función.

¿Por qué un juez que imparte justicia tiene un crucifijo arriba? ¿Por qué al entrar al tribunal hay una estatua de la Virgen? Ahí debería haber neutralidad. En cambio en un aplaza, en un estadio, en una calle o en otros lugares públicos no está el Estado ejerciendo una función y puede haber símbolos de cualquier religión que deben ser respetados.

- ¿Hay persecución religiosa en Argentina?

- Hay persecución cuando vamos al ámbito intrafamiliar porque generalmente no hay respeto ante la decisión de un miembro de la familia de elegir una religión diferente a la del resto. También, muchas veces, ese familiar de religión minoritaria es el que ataca al resto de la familia por tener costumbres que van en contra de su fe, como fumar, tomar bebidas alcohólicas o bailar.

Pero en Argentina, las libertades superan ampliamente las privaciones, motivo por el cual debemos mirar también lo que pasa tras nuestras fronteras. En este momento, en el mundo, hay 100 millones de cristianos perseguidos y 200 millones más tienen privación de sus derechos. Debemos ejercer presión para que en esos países existan las mismas libertades que tenemos aquí.