Así como el ébola, esta enfermedad surge en tierras africanas. Este virus que, en principio se aisló en 1952, en Tanzania, también se conoció en Asia, aunque su origen se remonta al siglo dieciocho. Entre el 2005 y el 2008, la epidemia se extendió en islas del océano Índico y la India. Pero hagamos un recorrido cronológico. Esa es la mejor forma de ver en qué modo se ha manejado esta cuestión, a todas luces, sospechosa.

Cuando en 2004 se diagnostican en África dos millones de personas infectadas por el virus y otros cuantos casos en Europa, la Organización Mundial de la Salud (OMS), no tuvo más remedio que sacar a la luz pública la propagación de la enfermedad.

En este mismo periodo, científicos de Francia encuentran una transformación en el virus que lo hace más adaptable a la transmisión a través del mosquito tigre (Aedes albophictus) que, unido al mosquito de la fiebre amarilla (Aedes aegypti), transmite el dengue, la malaria y el propio chikungunya.

Nueve años más tarde, la Organización Panamericana de la Salud, la OMS y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los EEUU sacan a la luz nuevos datos sobre esta enfermedad, con la intención, decían, de ayudar a crear programas de prevención y facilitar su detección, si es que apareciera. Justo aparece al año siguiente.

Desde La Habana, Cuba, la investigadora María G. Guzmán (Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kouri"), declara que, en el año 1981, Cuba informó de los primeros casos de "dengue hemorrágico" en América.

Los informes hablaban de más de 300.000 enfermos, en casos graves y muy graves, la cifra ascendía a más de 10.000 y 158 muertes. Hasta entonces, nunca se había dado en la isla ninguna manifestación de infección hemorrágica.

No lo digo yo, lo dice la CIA en informes desclasificados. La isla fue azotada por el virus, mediante una agresión bacteriológica muy bien estudiada.

Se había practicado un cambio genético del agente Aedes aegypti, con la premeditada intención de transmitir el dengue hemorrágico que, hasta entonces, no se había manifestado en ninguna parte del mundo. Hablaría al respecto de lo ocurrido con Hugo Chávez en Venezuela pero, no hay lugar. De cualquier modo, ahí están las redes. ¿Qué más sorpresas nos deparan?