En 1956, el fotógrafo Francis Miller, tomó lo que se conoce como el primer registro del uso de terapias asistidas con Animales en Michigan, Estados Unidos. En estos últimos años se ha globalizado e implementado en casi todo el mundo y muchos científicos escribieron sobre el tema, como Günter, Walsh, Granados y Piar, entre otros.
Los investigadores observan que, si bien los vínculos normalmente se desarrollan con seres de la misma especie, con los perros se crean lazos igual o más fuertes; es por ello que son los animales que más se utilizan en estos tratamientos.
Ese vínculo se encuentra caracterizado por la seguridad que ambos se brindan: el hombre con sus cuidados y alimentación y el animal con la tranquilidad que su compañia le brinda; la intimidad que surge de forma espontánea con un animal a través de caricias y demostraciones de afecto, no resultando así en las relaciones con humanos, dado que el animal casi siempre está dispuesto a recibirlas, y la afinidad y la constancia de esa relación. Es muy importante conocer cómo funciona este apego, para entender la eficacia de las Terapias Asistidas.
Se denominan así, según Delta Society, a las formas terapéuticas guiadas por profesionales de una orientación específica con objetivos determinados que utiliza a un animal con características peculiares para promover el bienestar físico, psicológico, emocional y/o cognitivo del sujeto.
Lo cierto es que, tanto en programas institucionales donde se incorporan animales a hospitales, en residencias de adultos mayores o en cárceles, son altamente beneficiosos por los sentimientos de responsabilidad, empatía, pérdida de la ansiedad. También, porque atenúan la sensación de soledad, ya que los animales conviven por un tiempo en la institución.
Es interesante reflexionar qué genera este proceso en los adultos mayores ya que, en la medida que su Salud lo permita, el atender a una mascota, llevarla a dar un paseo y compartir los momentos de soledad, mejoran notablemente la calidad de vida de nuestros abuelos.
Asimismo existe el método de visitas, donde los animales se interrelacionan temporalmente con los pacientes.
Este método se utiliza muy a menudo, dado que diversas agrupaciones suelen ocuparse de organizar estos encuentros en centros de niños con capacidades diferentes, o en hogares geriátricos.
La terapia asistida con caballos es otra herramienta, que se utiliza principalmente en patologías de disminución motriz o discapacidad física. También suelen emplearse delfines, para interactuar en el agua, pero por diversas causas, es más complejo de implementar.
En patologías determinadas, como el autismo, mejora muchísimo el aspecto cognitivo y de relación social.
La disminución de la presión sanguínea, el mejoramiento de la motricidad, la disminución de la ansiedad y una mayor comunicación, son algunos de los beneficios que brindan estos programas.
En realidad, son los de todos los humanos que tienen mascotas e interactúan adecuadamente con ellas.
Según un último estudio japonés la oxitocina, una hormona que genera una sensación de bienestar y reduce el estrés, se encuentra en ambas especies y aumenta cuando miramos a nuestro perro, por el lazo afectivo que nos une. Como puede verse, sólo con una mirada de afecto nos hacen bien.