Fernando Alonso es con mucha diferencia el mejor piloto de la parrilla. Así lo certifican los resultados que año a año logra con un coche muy inferior al de sus oponentes. Así lo certifican los premios que cada año le nombran mejor piloto del año en la fórmula uno a pesar de no haber logrado ningún trofeo. Así lo certifican todos y cada uno de sus compañeros cuando se les pregunta. Pero con el coche que tiene eso no se transformará en títulos mundiales.

El asturiano ha decidido que es hora de tomar el toro por los cuernos y tomar las maletas hacia tierras más verdes donde le ofrezcan un coche de verdad.

Sus planes le dirigen directamente a las tierras alemanas a la búsqueda de un asiento en Mercedes. Sin embargo no parece tener un sitio en la estructura en al que ya están Nico Rosberg y Lewis Hamilton.

Hamilton tiene contrato para la próxima temporada y el inglés, junto a su valedor Niki Lauda, se hacen fuertes dentro de la escudería, además logran excelentes resultados en el campeonato. Pese a todo sólo Nico Rosberg ha renovado hasta ahora. Esto no es casualidad, el equipo de Mercedes hace mucho que no esconde que prefiere al piloto de Ferrari que a su propio piloto.

Mercedes no gusta de prima donas, son un equipo serio en el que los pilotos deberían llegar, correr, hacer un buen tiempo e irse a casa.

Las declaraciones explosivas y los exabruptos no van con ellos. Sin embargo si van, y mucho, con Lewis Hamilton, que considera que la escudería está a su servicio, que para eso es él el piloto. Mercedes prefiere la actitud de Alonso, que habla claro pero siempre por el bien del equipo y dirigido por completo a la victoria.

Lewis Hamilton ha logrado que su posible campeonato del mundo no sea suficiente para mantenerle en el equipo y posiblemente solo el contrato le ate a un asiento que muy pocos desean que ocupe.

Si añadimos a esto que Alonso quiere su sitio no es descabellado que Mercedes pueda llegar a sacarle de él a rastras si hace falta.

Es lo que pasa cuando viene de visita el mejor piloto del mundo a una casa en la que se le quiere acoger.