El Balón de Oro es el premio más prestigioso a nivel mundial en lo que a medir la calidad de un jugador individual se refiere. Engloba la opinión de cientos de jugadores, entrenadores y periodistas para nombrar al que será, durante un año, conocido como el mejor jugador del planeta en lo que a fútbol se refiere. Cada año se elige durante los últimos meses del año al jugador que mayor calidad ha demostrado en las canchas de juego y, con la llegada del frío en Europa y el calor a las costas de Sudamérica, se le corona como el gran dominador del juego durante los anteriores doce meses, en una ceremonia que se retransmite a nivel mundial.
Es el premio que todos los jugadores desean obtener y con el que muchos sueñan. Posiblemente sea uno de los objetivos de muchos profesionales, especialmente aquellos que pertenecen a selecciones que tienen difícil llegar algún día a ser campeonas del mundo o de los trofeos continentales y que por tanto es el mayor reconocimiento que obtendrán jamás a nivel internacional. Este año hay veintitrés elegidos para la gloria, pero sigue siendo un combate entre muy pocos. Muchos creen que como mucho dos jugadores están en esa carrera. Cristiano Ronaldo y Lionel Messi son los únicos jugadores que la mayor parte de los expertos tienen en la muy corta lista de posibles ganadores del galardón.
Las casas de apuestas, por el contrario, son incluso más claras aún.
La medida de la opinión de una casa de apuestas sobre un resultado es el valor de la ganancia si se da dicho resultado. Cuanto más grande es el valor de la apuesta más improbable considera la casa de apuestas que sea un resultado, pues se permite el lujo de pagarlo mejor para atraer apostantes que quieran arriesgar. La ganancia que se obtendría de apostar por Cristiano Ronaldo es de quince céntimos por cada dólar apostado. La posible ganancia en caso de apostar por Lionel Messi y ganar la apuesta sería de siete dólares por cada uno apostado. En ocasiones una cifra dice más que mil palabras. Este sería el caso.