Los Golden State Warriors están ahora mismo intratables. Llevan seis victorias consecutivas y su última derrota fue frente a los actuales ganadores del último anillo de la liga de baloncesto profesional de Estados Unidos, es decir, casi nadie. Son un hueso duro de roer precisamente porque no tienen flancos que atacar, todo el equipo sabe a lo que juega y juega a lo que sabe. Su última víctima, los Miami Heat, pudieron comprobarlo.
De hecho, el primer cuarto comenzó con los Golden State Warriors poniéndose ampliamente por delante en el marcador y distanciándose mientras dejaban durante muchos minutos a los Miami Heat con una anotación sorprendentemente baja para un equipo con una de las mejores estadísticas ofensivas de todo el campeonato.
Sin embargo, llegó un momento en el partido en el que el pozo se secó y los balones empezaron a rebotar en el aro sin querer entrar. Tres minutos con tres puntos es una losa muy pesada cuando juegas contra los Miami Heat y el marcador acabó dándose la vuelta a favor de los locales. Al final el cuarto acabó con un marcador de treinta a treinta y seis y con los Golden State Warriors por debajo en el marcador.
Aún con todo, los Golden State Warriors volvieron a pecar de mala suerte en el segundo cuarto, cuando lograron un récord de siete puntos en seis minutos, una estadística muy dura que llevó a que los Miami Heat lograran otros nueve puntos de ventaja y colocasen a los Golden State Warriors en una situación muy complicada.
Sin embargo, el equipo californiano no es nuevo en estas lides y se puso el mono de trabajo para reducir esa distancia. A partir de ese punto y con trabajo en equipo, fueron limando minuto a minuto esa diferencia hasta colocar a los Miami Heat a solo un punto al finalizar la primera mitad. Treinta y uno a veintiséis en el cuarto para los Golden State Warriors y todo por decidir en la segunda mitad.
En la segunda mitad, los Golden State Warriors pusieron en marcha la máquina a toda potencia y los Miami Heat no tardaron en entender lo que puede hacer un equipo donde todos los jugadores son capaces de poner en problemas a cualquiera y donde cualquier jugador es sustituible sin que las estadísticas se hundan. Los Miami Heat no aguantaron el ritmo y en la segunda mitad del partido recibieron un cincuenta y tres a treinta y cinco. Inapelable.