En el fútbol lo importante son los goles, los pases, las paredes, los regateos y demás intentos de llegar a subir el marcador del equipo lo más arriba posible. Lo que hace que un equipo estén en la máxima categoría de cualquier campeonato nacional o internacional son los marcadores finales y la capacidad de cada equipo de hacerlos más y más grandes. Sin embargo lo que hace grande al fútbol son los ejemplos hermosos de lo anteriormente dicho.

Puede que lo que se espere de todo delantero sea que marque goles, pero no es lo mismo marcar un gol de rebote y a puerta vacía que un gol desde fuera del área y directamente a la escuadra o un gol de chilena a un pase realizado desde el mismísimo córner y poniéndola donde el portero no pueda alcanzarla a pesar de hacer una increíble estirada.

Este juego es deporte y plasticidad. Un gol hermoso es algo que hace a este deporte mucho mejor. Un portero ha de parar el balón, esa es su función. Sin embargo, una carrera junto a una estirada desde el otro lado de la portería cubriendo un disparo a quemarropa tras pase mortal de un oponente es algo fuera de toda medida. Eso es lo que diferencia al fútbol de otros deportes.

Es como el mate en baloncesto, es algo de lo que, de poderse embotellar en un concurso, habría que celebrar un concurso anual en un All-star game. Y James es ese All-star game. No lleva en España ni siquiera cuatro meses, de los cuales la mitad han sido de juego, y ya ha dejado estampas de una hermosura inigualable. Este mismo fin de semana colocó una semivaselina sobre el portero rival, al primer toque y tras pase imposible de Karim Benzemá.

Y lo más increíble es que si eligiéramos los mejores goles del jugador que actualmente milita en el Real Madrid no estaría siquiera entre los tres mejores.

Hay jugadores que son grandes. Hay jugadores que son potentes. Hay jugadores que son habilidosos. James Rodríguez es poesía en movimiento. Cada partido del Real Madrid es un poco mejor solo por la presencia de este jugador sobre el campo y por las jugadas que cada partido nos ofrece en algún momento.