El partido entre los Chicago Bulls y los Boston Celtics dejó claro desde el principio que sería muy exigente para los de Illinois. En este momento tienen a su pivot titular renqueante tras una lesión y a su base titular en la enfermería por culpa de una nueva lesión que arrastra ya varios partidos. Con un panorama así no resulta difícil que un equipo con la calidad de los Boston Celtics acabe por derrotarles. Sin embargo, la victoria no fue, ni mucho menos, fácil.

El primer cuarto empezó con un parcial que dejaba muy tocados a los de Illinois.

Un claro doce a dos que hacía presagiar una paliza para unos Chicago Bulls que salieron con un pívot que en este momento no es el que solía ser antes de las lesiones y ahora mismo aporta al equipo más presencia que juego y que tiene que ir mejorando con el propio rodaje de la competición, lo que tiene un coste en la cancha. Sin embargo los Chicago Bulls no se dejaron amilanar y en seis minutos y medio lograron un parcial de veintitrés a ocho que dejó el marcador con una ventaja de cinco puntos que sus compañeros suplentes tendrían que defender en el segundo cuarto.

Y es precisamente en este punto en el que el equipo de Illinois acabó por quebrarse. En menos de dos minutos se logró un dos a siete para Boston que igualaba la contienda.

Sin embargo era solo el principio, pues a partir de ese momento comenzó un calvario para los de Chicago, que vieron como se iba aumentando la ventaja hasta acabar el cuarto con una desventaja de quince puntos, veinte en un solo cuarto. Ese golpe fue definitivo.

En el inicio de la segunda mitad salieron los de Illinois a recuperar el partido.

Sin embargo los jugadores de los Boston Celtics aguantaron el tipo y lograron incluso ganar el cuarto por un punto añadiendo un paso más a su camino hacia la victoria, que en este momento parecía sencillamente inevitable.

Fue en último cuarto cuando los jugadores de Chicago Bulls lograron abrir el melón y empezaron a acortar distancias.

De hecho, llegaron a alcanzar en un solo cuarto una ventaja de trece puntos que les situaba a un solo triple de forzar la prórroga frente a un equipo que acusaba cierto desánimo. Sin embargo, fueron los de Massachusetts los que se llevaron el partido con una ventaja de cinco puntos tras dos tiros libres de Jeff Green. Un partido disputado y que recuerda a los mejores tiempos de ambos equipos.