Los enfrentamientos entre Boca Juniors y River Plate por la Copa Libertadores de América son distintos a los que se hayan disputado en cualquier otra competición.
Ambas instituciones saben que tienen un sabor especial y que marcan una huella que quedará para la posteridad y será imborrable.
Esta sensación se evidencia a tal punto, que los millonarios quieren tirarle el peso de la última edición de la Copa Sudamericana, que luego los coronó campeón.
Pero los de la banda saben que la Libertadores tiene una jerarquía incomparable con cualquier otra competición.
Es por ello que sienten que, luego de la victoria obtenida el pasado jueves en el Monumental, están a un paso de conseguir una hazaña histórica de la que se vienen privando en los últimos pases de dicho certamen.
Por el lado de la institución de la Rivera, la Comisión Directiva que conduce Daniel Angelici se juegan una parada determinante pensando en su continuidad y son conscientes que dependen de un resultado en la Bombonera.
En Boca, todo el pueblo xeneize recuerda los cruces de las ediciones de los años 2000 en la fase de cuartos de final, y en el 2004, en las semifinales.
En el primer caso, River Plate, dirigido en ese entonces por Américo Rubén Gallego, había ganado en el partido de ida por dos a uno en el Monumental, con goles de Juan Pablo Ángel y Javier Saviola, mientras que para Boca había convertido de tiro libre Juan Román Riquelme.
En la vuelta en la Bombonera los locales, dirigidos por el "Virrey" Carlos Bianchi, golearon tres a cero, en un partido memorable en el que "el Loco" Martín Palermo volvía a jugar después de una inactividad de seis meses y le convertía a los defendidos por Roberto Bonano. El "Tolo" en la semana había declarado que si Boca ponía a Palermo, él iba a llevarlo a Francescoli.
La otra, que también todos rememoran, es la llave de semifinales del año 2004, en la que durante la ida, Boca Juniors venció a River Plate con gol de Rolando "el Flaco" Schiavi, pero que terminó en escándalo, luego de que el actual técnico del Millonario rasguñó al por ese entonces arquero xeneize, Roberto "Pato" Abondanzzieri.
Ese partido arrojó como expulsados a Raúl Cascini por el lado de los de la Ribera y al "Muñeco" Gallardo por los de la banda roja.
En el partido de vuelta, River Plate venció en el Monumental a su eterno rival por dos a uno -en aquella instancia no había gol de visitante-, y terminaron yendo a los penales, que dejó otra vez a los del "Virrey" Carlos Bianchi en otra instancia de la Copa Libertadores de América.
El jueves próximo se escribirá una página más de esta apasionante historia, que quedará grabada a fuego en los corazones de todos los simpatizantes.