En la semana previa al comienzo del segundo Grand Slam del año, Juan Mónaco desembarcó en Niza buscando mejorar una campaña que, hasta ahora, le ha sido esquiva tanto en títulos como también en actuaciones rutilantes. Pese a su irregular temporada, el argentino necesita sumar puntos en este torneo y, en caso de confirmarse las bajas de dos jugadores del ranking superior, podría arrancar Roland Garros como preclasificado.

El tandilense, octavo cabeza de serie del torneo y 34 del ranking mundial, venció por 6-4 y 6-2 al siempre peligroso Benoit Paire (71°) en la primera ronda del ATP 250 de Niza.

A lo largo de todo el encuentro, Mónaco complicó al tenista local a través de la devolución y logró generar 14 oportunidades de quiebre, siete en cada set, de las que efectivizó solamente tres.

En el primer set, el sudamericano consiguió un quiebre fundamental en el noveno game que le permitió ponerse arriba en el marcador. En tanto que en la segunda manga, el argentino, ex Top Ten, concretó dos roturas consecutivas para obtener una significativa ventaja de 4-1 y poder cerrar sin inconvenientes el partido, que se extendió durante una hora y 16 minutos.

Mónaco, que registra final en Buenos Aires (caída ante Rafael Nadal por 6-4 y 6-1) y cuartos de final en el Masters 1000 de Miami como mejores resultados en este 2015, enfrentará en la siguiente instancia al estadounidense Sam Querrey (38°) que venció por 6-2 y 6-3 al belga Ruben Bemelmans (95° del mundo y surgido de la clasificación).

El historial entre ambos favorece al argentino, que se impuso en tres ocasiones: en el Masters 1000 de París 2010, en el Mundial por equipos de Düsseldorf del mismo año y en el ATP 250 de Estoril 2007. Mientras que, el norteamericano sólo ganó un partido, jugando de local, en el Masters 1000 de Cincinnati 2007.

En el cuadro principal del Open de Niza se presenta otro argentino que arranca desde la segunda ronda por su condición de cuarto preclasificado: Leonardo Mayer. El correntino, 24 del mundo, espera por el ganador del enfrentamiento entre Tim Smyczek (70°) y Lucas Pouille (93°).