El "tata" Martino confió en ellos y los tiene como la dupla central titular en su equipo, relegando al experimentado Demichelis al banco de los suplentes. En el debut frente a Paraguay sus actuaciones fueron irregulares. En el primer tiempo se mostraron muy seguros pero en el segundo, cuando Paraguay se decidió a atacar, quedaron a la vista las falencias que tienen.

Ayer, frente a Uruguay se nivel fue también igual al partido anterior. En la primera etapa se mostraron seguros con la pelota en los pies, no la dividieron, siempre buscaron jugarla clara por abajo a el compañero más cercano que tenían en ese momento.

Sufrieron mucho desde arriba, cuando los centros llegaban desde los laterales o desde algún corner, la mayoría de las veces caían en las cabezas de los uruguayos. Es más, las jugadas más peligrosas de los "charruas" llegaron desde ahí.

En el área rival, cuando la selección tuvo la chance de llegar desde arriba con los tiros de esquina, la dupla central subió, pero en ninguno de los centros pudieron conectar. Si bien no se pasó muchos sobresaltos a lo largo del partido. En los últimos minutos Uruguay tiró toda la "carne al asador" y con la "garra charrua" intentó por lo menos llevarse un punto en la noche de La Serena.

Ahí fue cuando los centrales, tuvieron que plantarse y demostrar que son jugadores de primer nivel.

No paso, y fallaron mucho, desde arriba siguieron provocando ocasiones y desde abajo dejaban recibir a los delanteros que buscaban con pocas ideas el empate. El nivel no que mostraron fue igual al que tuvieron frente a Paraguay, no fue malo, pero se sabia que desde arriba se corría peligro.

Si hay algo que a la dupla de "barbudos" no se les puede reprochar son las ganas de trabajar en equipo, de defender la camiseta tirándose con todo el cuerpo a los pies de los uruguayos en el limite del área grande como lo ha echo Nicolas Otamendi en una de las últimas jugadas.

Fueron muy claros a la hora de adelantar las lineas y anticipar un poco más atrás de la mitad de la cancha cuando fue necesario y de jugar unos metros adelante del circulo central cuando Argentina buscaba sin cesar el gol.

Garay y Otamendi llevan solamente dos partidos jugando juntos, por lo que les falta tiempo para corregir errores y conocerse un poco más. Mientras tanto, hay que esperar que los de arriba la metan y los de abajo saquen lo que puedan y limar esas falencias que con el correr del tiempo seguramente no estarán.