La segunda división de Italia (Serie B) estrenará este fin de semana una nueva tarjeta: la verde. Ésta será destinada a recompensar acciones de “Fair play” (juego limpio u honesto). Es una iniciativa creada para distinguir a los futbolistas que realizan acciones positivas dentro de la cancha. Por ejemplo, frenar una jugada por ver a un jugador tirado en el suelo, anular uno mismo un gol por decir que fue posición adelantada, si es que el juez de línea y el árbitro no vieron y pedir disculpas ante una falta, entre otras acciones. Las tarjetas verdes se contabilizarán, al igual que la acumulación de amarillas o rojas, y al final de la temporada el jugador que tengas más, será recompensado.

Con esto se busca que sacar una tarjeta no sólo sea para castigar, sino también para premiar a aquellos jugadores “correctos”. Lo que no se sabe es si se podrá destacar o sacar tarjeta verde a las tribunas o hinchadas que en sus cantos no agredan a los adversarios y que sólo busquen alentar a los jugadores de su club. No parece una mala idea, pero necesita ser analizado más en profundo.

Ya hubo intentos de integrar otra tarjeta, además de las clásicas amarilla y roja. Michel Platini, candidato a presidente de la F.I.F.A., comparte la idea de una “tarjeta blanca” que implicaría una expulsión del jugador, pero temporal. Se buscaba con esta inserción reducir el uso de las tarjetas amarillas. Pero es algo que no tuvo, o hasta ahora no ha tenido, éxito alguno.

¿Llegará al fútbol nacional la tarjeta verde?; ¿cambiará un poco el juego brusco de algunos jugadores?; ¿hará del fútbol algo más unido y amistoso o sólo será algo más de lo que se hable un tiempo y después adiós? Parece ser una buena iniciativa, principalmente por buscar destacar las buenas acciones, pero habrá que esperar a que el paso del tiempo nos diga si esto prosperará o no. La inclusión de una tarjeta o de una regla nueva es algo que implica mucho tiempo de análisis, revisión y consenso. No es algo que se decida de un día para otro.