Acaba de conocerse esta semana que desde Londres se lesimpondría a los gigantes de Internet un aumento de un 25% sobre los beneficiosque estas empresas generen en territorio británico. Se trata de una nueva tasa impositiva a la quese le está llamando “Tasa Google”, puesto que el buscador más visitado de lared global sería el principal implicado.

Google, mediante lo que se denomina enla jerga financiera como “ingeniería fiscal” solo paga una mínima cantidad alfisco, se calcula que apenas un 15,7% de sus ingresos a nivel mundial, y elresto lo deriva a paraísos fiscales como Luxemburgo o las Bahamas.Por ejemplo, Facebook pagó el año pasado en España apenas 59.000 euros deimpuestos, algo totalmente absurdo teniendo en cuenta el volumen de negocio deesta plataforma.

Como si esta noticia no fuera suficiente “palo en la rueda”para las empresas de “Silicon Valley”, desde Berlín un grupo de trabajointegrado por alemanes y franceses, funcionarios de los Ministerio de Economíade Alemania y del Ministerio de Economía de Francia, han presentado ante el parlamento europeo dosgraves acusaciones o demandas contra las multinacionales que operan en lared. Este reclamo fue presentado con la garantía del Gobierno Alemán y enviadaal Ejecutivo Comunitario para que tome “cartas en el asunto”.

La primera se refierea una utilización monopólica de los buscadores en la red, como es también el caso deGoogle, a la que se insta a separar losresultados de la búsqueda con sus otras actividades, como por ejemplopublicidad y ofertas comerciales por las que Google factura a otras empresasque publicitan sus servicios en internet.

La segunda ya es un poco más grave, puesto que se refiere aluso que hacen estas grandes compañías de los datos de sus usuarios, como porejemplo Facebook, que dispone de cientos de miles de perfiles, los cuales hansido cumplimentados, según estas empresas, totalmente “gratis” a cambio de servirse de los recursos que a losinternautas ofrece el libro de las caras.

Dicho de otra manera, las empresas “compran”gratis los datos personales de los usuarios para luego ofrecerles y venderlestodo tipo de servicios y productos que circulan por la red.

Por su parte los autores de esta demanda manifestaron que “los europeos queremos sacar el mayor beneficio de la era digital pero queremosseguir siendo libres a la hora de elegir si queremos o no dar nuestros datos ".

Por mi parte, me conformaría con que las grandes empresas, al menos, establecieran claramente para qué y con qué fin serán utilizados nuestros datos personales, luego cada usuario de la red, siempre que se trate de un adulto, es libre de darle sus datos personales, o no, a quien quiera.