Al finalizar una carrera de grado universitaria, todos nos preguntamos, con más dudas que certezas, ¿qué viene después? Algunos continúan trabajando, otros recién comienzan a buscar trabajo, y también están los que deciden dar un golpe de timón y lanzarse con un proyecto personal, cumplir el sueño del negocio propio. Sea cual sea la meta de cada uno, prepararse después de recibirse agrega valor a nuestras carreras, conocimientos y experiencia, o al menos eso todos suponemos.
Para la mayoría de las profesiones, especialmente las ligadas a Negocios y emprendedurismo, participar de un MBA (Master in Busisness Administration) es la frutilla de la torta en una carrera universitaria de estas características.
Miles de razones, desde impulsar nuestras profesiones hasta crear una importante red de contactos, entre otras, son los "por que sí" de algunos profesionales que eligen un MBA.
Participar de un MBA tiene sus costos, que por cierto son elevados, y también una gran carga horaria. De acuerdo a la modalidad de cursado, muchos MBA requieren dedicación full time, por lo que el alumno debe abandonar su trabajo para dedicarse de lleno a la Maestría. También están los Masters ejecutivos, de cursada cada 15 días, o los MBA online, que son una buena opción también. Sea la modalidad que fuera, la decisión de participar hay que pensarla dos veces, porque vamos a invertir tiempo y dinero.
Primero tenemos que plantearnos para qué queremos hacer un MBA y si nos va a ayudar a obtener y cumplir nuestra meta.
Todos tenemos objetivos diferentes. Pensar que un MBA te da todo servido es comenzar con el pie equivocado; hoy por hoy un MBA no te asegura el puesto en ninguna compañía ni éxito profesional; el éxito se lo asegura uno mismo con su propia performance. Por eso es muy importante pensar bien para qué queremos esta Maestría y si brindará el valor agregado que necesitamos.
En segundo lugar, un apecto crucial a tener en cuenta es la experiencia, la edad del candidato. Puede que en algunos casos sea importante, pero en otros no tanto. Un ejecutivo de una multinacional con más de 30 años de experiencia, no va a sacarle mucho jugo a un MBA. Lo mismo sucede con una persona recién recibida con poca experiencia laboral.
Hay que buscar el momento indicado para llevarlo a cabo.
Según los especialistas, las edades perfectas para obtener todo tipo de conocimientos de esta maestría, van desde los 27 a los 32 años.Y más ahora, que se ofrecen distintas especializaciones para impulsar sus conocimientos en un área en particular. De esta forma, los profesionales elevan sus posibilidades de éxito ya que se concentran en su objetivo, el mismo que los impulsó a participar del programa.
Por otra parte, contrario a lo que sucedía hace años, en donde mayoritariamente participaban "CEO to be", hoy en día también participan personas con una gran iniciativa, espíritu emprendedor y jóvenes ansiosos y valientes que no pertenecen a ninguna compañía, y quieren dar el gran salto, dar ese golpe de timón que todos queremos dar.
Solamente tienen una idea y el MBA les provee las herramientas necesarias para que esa idea pueda convertirse en realidad. Pero siempre enfocándose en su objetivo y en lo que deben hacer para aprovechar al máximo las posibilidades que brinda una maestría.
Actualmente, los MBA siguen siendo un programa de postgrado muy importante y deseado. Bien aprovechado puede significar un antes y un después en nuestras vidas.