La adquisición de cualquier conocimiento es siempre útil al intelecto, que sabrá descartar lo malo y conservar lo bueno dijo Leonardo Da Vinci pero claro, hay un detalle y es que la actitud lo es todo.
Adaptarse al cambio, ser disciplinado, pensar las cosas es un cambio de actitud positivo, que nos favorecerá desde el presente que vivamos al futuro que aún no sabemos que nos deparará.
La actitud de una persona vende lo que el conocimiento no puede, estamos hablando de una actitud que te diferenciaría de aquellas personas que no están dispuestas a cambiar sus actitudes. Tú tienes la respuesta para tener éxito en la vida si te lo propones cambiando de actitud. No se llega al Himalaya si no te lo propones. La actitud de uno hace que crezcas y al mismo tiempo alimentará tu alma para que no te rindas ante las piedras que se interpone en tu camino. Tu propia actitud alimenta tu interior y no el interior.
Hace unos días vi en un programa español a un hombre que le gusta los deportes de riesgo, esa adrenalina que necesitan tener algunos para ver la vida de otra forma.
¿Y saben qué? Escribió un libro para animar a otras personas a cambiar de actitud, el libro se llama: Si no te gusta tu vida, ¡¡cámbiala!!
El título me pareció magnifico porque somos nosotros quienes nos quejamos y no hacemos nada por cambiarla, no adoptamos una actitud de decir BASTA hasta acá llegué, de hoy en más las cosas serán diferentes.
Cada vez que te tropieces con una piedra, asume las cosas, no las esquives. Aprende a preguntar el para qué, no el por qué porque no te lleva a nada bueno, el para qué sirve para aprender y cambiar la óptica, el chip, entendes?
Este mundo está creado para los valientes, para los visionarios, para los apasionados, para los aprendices eternos de la vida, para aquellos que sueñan y quieren volar alto, para los que no se rinden jamás, para quienes se diferencian del resto por la actitud positiva frente a la vida.
Cuida mucho la actitud en tu hablar, en dirigirte hacia lo que deseas. Sabes que según tu actitud se te puede abrir muchas puertas, pero claro debes aprender a comunicarla.
La actitud cuando te vistes dice quién eres frente al mundo. La actitud cuando hablas: estas diciendo al mundo lo que piensas que aunque seas experto en ciertos temas, no te hace sabio y qué se alimentando tu interior y aprendiendo de los demás es lo que haces cada día al interactuar.
La actitud positiva cuando trabajas, como profesional que eres, le decís a tu jefe y compañeros, por qué crees en ti mismo y de lo que eres capaz profesionalmente. Jamás pero jamás dejes que tu soberbia se apodere de ti. Aprende a ser seguro pero sencillo en el trato.
Quizás en algún momento de tu vida necesites de la ayuda del que está a tu lado. Es así como va creciendo tu reputación como persona.
Sé simple, la actitud es todo, no seas como otros que viven en la superficialidad y se las creen y no llegan a nada. Tu actitud es la que vale…