Dudo que exista una sola persona que haya cortado una cebolla y no haya lagrimeado al hacerlo, algunas cebollas "pican" menos que otras pero por lo general todas te hacen llorar mientras las picas, puede que cuanta más pequeña la trocees peor será el tema. La cebolla puede que sea uno de los vegetales más sabrosos la cual puede ser utilizada en una extensa variedad de platos pero tiene esa peculiar particularidad: al cortarla la picazón que produce en los ojos lleva a que las lágrimas broten de los ojos e incluso la misma picazón te lleva a impedir abrirlos.

Al cortar la cebolla la misma emana un gas, concretamente al sulfócido de tiopropanal, el proceso comienza cuando rompemos las capas de la cebolla para luego cortarla, al hacerlo la cebolla libera unas enzimas que se conocen como alinasas que se descomponen transformándose en ácidos sulfénicos, al aspirarlos vía nasal es lo que provocan esa picazón tan molesta que logran irritar nuestra vista y hacen que las lágrimas broten de nuestros ojos en un intento natural de aliviar esa irritación.

Desde que tengo memoria algunos trucos que han ido pasando de boca en boca, de generación en generación y que en muchas ocasiones pueden ser útiles para evitar ese molesto trance culinario, una de ellas es enfriar o mojar la cebolla, al hacerlo evitamos que el gas suba hacia nuestras fosas nasales y produzca el llanto.

Otro de los trucos que recomiendan es el utilizar el cuchillo bien afilado pues eso produce un corte limpio y rápido, evitando de esa forma que se liberen esa cantidad de moléculas que suben en forma de gas lacrimógeno, algunos consejos más contemporáneos son por ejemplo meter la cebolla en el congelador un rato antes de cortarla, también lo antes mencionado, el asegurarnos de mojar la cebolla antes de pelarla, de la misma forma que puede ser eficaz el mojar el cuchillo antes de cada corte para evitar que los gases emanen durante el corte.

Otras abuelas recomiendan el corte de forma transversal en el mismo sentido de sus capas o untar el filo del cuchillo a utilizar con algo de vinagre entre corte y corte, según las abuelas es una forma eficaz de evitar llorar al cortar el vegetal. Y los trucos se suman según vamos consultando a los mayores, algunos puede que no funcionen de la misma forma en una persona que en otra, quizás tenga que ver con el metabolismo de cada uno en particular o que no lo hagamos tal y cual se nos recomienda.

De los trucos más modernos y eficaces es el del ventilador, dispuesto de tal forma que el gas que emana de la cebolla no llegue a la nariz, al existir una fuerte corriente de viento antes de nuestra nariz el aire los gases no podrán subir, otros aconsejan no respirar mientras la cortas, pero es un engaño, el gas permanece en el aire, cercano a la cebolla que estás cortando y por tanto en cuanto respiras se acaba todo.

Funciona el poner una cuchara dentro de tu boca mientras cortas, al menos por un minuto lo hace, al igual que un trozo de pan dentro de la boca, pero lo que no funciona seguro es ponerte gafas de buceo, pues la picazón se produce al aspirar aire por la nariz, el gas no afecta la vista sino el respirarlo.