El caos social que se produjo en Baltimore después del fallecimiento de Freddie Gray tras su arresto, no parece disolverse fácilmente entre los habitantes, que buscan justicia y respuestas ante semejante acto de brutalidad policial sin sentido. Las marchas y las olas de protestas trascendieron los límites de la ciudad perteneciente al Estado de Maryland, ya que se han extendido a otros estados como Nueva York, Washington, Boston y Seatle -entre otras-, dejando como resultado el arresto de más de 60 personas.
Recordemos que el de Freddie Gray no es el primer hecho de violencia racial que se ha registrado en este último tiempo en los Estados Unidos; casos como el de Michael Brown en Ferguson, Walter Scott en Carolina del Norte y otros, todavía son fuego en el pueblo estadounidense.
La palabra de Obama ante la crisis social
Con respecto a la tensión social que se está viviendo en Baltimore, el presidente estadounidense Barack Obama dijo que "...no están protestando; están destruyendo y socavando negocios y oportunidades en sus propias comunidades...". También resaltó que "esto lleva sucediendo mucho tiempo. No es nuevo y no podemos pretender que lo es". No pasó por alto la muerte del joven de 19 años el 19 de abril pasado y envió sus condolencias a la familia, condenando a los saqueadores y a los medios de comunicación, ya que en su consideración, mostraban sólo una parte de la historia y no las marchas pacíficas que se prolongaron por la tarde.
Conflictos tras el toque de queda
Ayer se pronunció el toque de queda a partir de las 10 de la noche, donde una hora antes acontecieron conflictos entre los manifestantes y la policía nuevamente, dejando un saldo hasta el momento, de más de diez detenidos.
El conflicto social que está sucediendo en esta ciudad acentúa aún más la grieta de pobreza que viven los habitantes de Baltimore.
Tan sólo se espera que se ponga fin a la ola de brutalidad policial sobre las personas negras y el pronto castigo a los autores de estas muertes, ya que no hace más que aumentar la brecha y el odio entre la población blanca y negra de los Estados Unidos.