La irrupción del grupo extremista Estado Islámico (ISIS) en la ciudad de Palmira, provocó el abandono de las bases militares por parte del ejército sirio, que no ofreció resistencia y se retiró del lugar de inmediato.
Con este nuevo avance territorial, la agrupación extremista logra el poderío de 'más del 50%' de la superficie de Siria, tras apoderarse de una amplia extensión del desierto de esa nación, donde se sitúa la ciudad colosal de Palmira.
En ese sentido, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó que el dominio de los yihadistas comprende '95.000 kilómetros cuadrados de Siria y están presentes en nueve provincias: Homs, Al Raqa, Deir al Zur, Al Hasaka, Hama, Alepo, Damasco, Rif Damasco y Sueida'.
Si bien ISIS no hizo referencia a la toma de la ciudad, desde 'la agencia de noticias estatal de Siria', SANA, han comunicado que los soldados que custodiaban la zona se marcharon de las calles de Palmira, este miércoles, tras la gran embestida terrorista. Mientras que la mayoría de los habitantes están siendo evacuados.
En tanto, desde la Unesco mostraron su preocupación por la ciudadanía de Palmira y, en particular, por su Patrimonio cultural y arqueológico, ya que se trata de una ciudad cuyo origen milenario y trascendencia estructural, la erigen como una joya del Medio Oriente. Cuna de diversas civilizaciones, su legado artístico y arquitectónico se compone, según la Organización de Naciones Unidas, por una 'mezcla de las influencias persa, griega y romana'.
En relación con los daños que podrían provocar las fuerzas de ISIS en la ciudad siria, Irina Bokova, directora general de la Unesco, expresó: 'La lucha está poniendo en riesgo uno de los sitios más importantes en el Medio Oriente, y su población civil'.
Asimismo, Bokova realizó un pedido a la 'comunidad internacional', exhortando a que hagan todo lo que esté a su alcance para amparar a los residentes afectados y 'salvaguardar el patrimonio cultural único de Palmira'.
Si bien, el grupo radical ISIS no ha destruido aún los símbolos históricos que caracterizan a la ciudad de Medio Oriente, en sus publicidades proclaman: 'los militantes islamitas están destruyendo falsos ídolos o dioses y siguiendo los pasos del profeta Mahoma, que rompió estatuas en La Meca'.