La noticia del cierre de las escuelas llegó junto al reporte, brindado por el Ministerio de Salud y Bienestar Social, del séptimo deceso por la enfermedad y de 23 casos nuevos de infección, lo que lleva a 95 el total de casos confirmados. Este número crece día a día, lo que convierte al brote en Corea del Sur en el peor después de Arabia Saudita, que es donde surgió el virus en 2012.
El gobierno surcoreano fue objeto de críticas por la falta de transparencia y de eficacia en la respuesta ante el brote. Hasta hoy, más de 2.800 personas permanecían en cuarentena, algunas de ellas en establecimientos de Salud pero la mayoría, en sus casas. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades señaló que el gobierno estaba tratando de controlar a las personas sospechosas de estar infectadas después de que les informaran que había varias que estaban ignorando las instrucciones de aislamiento.
Por su lado, el vice primer ministro Choi Kyung-hwan señaló que no había ningún motivo para creer que el virus se propagaría significativamente por el país, ya que, hasta ahora, todos los casos confirmados se habían registrado dentro de los hospitales y no se había contabilizado ninguna infección proveniente de otros entornos sociales. Por este motivo, el gobierno considera que, en poco tiempo, puede tener el virus completamente controlado.
El último paciente fallecido a causa del virus, fue un hombre de 80 años de edad, quien estaba siendo tratado por neumonía en un hospital cuando el examen del virus le dio positivo. En general, este virus ataca a personas de edad avanzada y, principalmente, a aquellos con condiciones preexistentes. Se conoce un único caso de un joven de 16 años que ha sido afectado por el MERS en los últimos días.