Lhasa es la capital de Tíbet y significa "ciudad de los dioses". Ubicada a 3650 metros de altura sobre una meseta que se encuentra rodeada por las montañas del Himalaya y forma parte de la República Popular China, durante muchos años fue una ciudad prohibida para el mundo occidental. Los propios tibetanos se sienten ciudadanos de segunda desde que en 1958 China los invadiera y provocara el exilio del Dalai Lama a la India.

La ciudad cuenta con tres círculos concéntricos que sirven para recorrer el templo sagrado de Johnkang, los cuales algunos peregrinos recorren de rodillas en una forma de lavar su pecados o puede que para ganar méritos.

El primer círculo llamado Nangkor nace dentro mismo del templo de Jokhang rodeando el santuario de la Jowo Shakyamuni, que es donde se encuentra la estatua más sagrada del budismo tibetano, el círculo del centro se sitúa el Bar-skor que pasa a través de la ciudad vieja rodeando a su vez varios edificios vecinos y el más exterior de los círculos se le llama el Lingkor o Gling-skor y delimita las fronteras de la ciudad de Lhasa.

Lhasa es conocida como la ciudad prohibida y fue un palacio imperial chino en la dinastía Ming hasta la Qing, hoy alberga en su interior el museo del palacio y supo ser durante cinco siglos lo que se daba a llamar el hogar de los emperadores chinos, construido en el siglo XV en su compleja edificación que ocupa nada menos que 720 mil metros cuadrados se encuentran la friolera de 580 edificios, fue declarada patrimonio de la humanidad en el año 1987 y la UNESCO la considera el lugar en el mundo donde existe la mayor cantidad de estructuras antiguas de madera.

Lhasa tiene una forma triangular y se encuentra rodeada por todos sus lados por hermosos jardines imperiales, el Parque Jingshan, el Zhongnanhai en donde se encuentra la sede central del Partido Comunista de China y por último el Parque Beihai que es de los tres el más popular entre los pekineses. Se la conoce como la ciudad prohibida ya que las personas corrientes no podían ingresar a la misma si no contaban con un permiso especial, los únicos que podían entrar y salir libremente era el personal de la corte y sus dignatarios pero de la misma forma y a no ser en casos muy especiales su emperador no podía abandonar la ciudad, pues dentro de la misma todas sus necesidades estaban satisfechas.

El acceso a la ciudad en el día de hoy se puede hacer desde casi todos los puntos de Pekín, se puede visitar, por ejemplo un día la puerta norte donde se encuentra la Montaña de Carbón que cuenta con sus cinco pabellones visitables y se recomienda estar en taquilla a primerísima hora, luego dentro puedes pasar el tiempo que desee.

Desde la Montaña de Carbón se puede contemplar la Ciudad Prohibida

Y se puede contratar una guía personalizada por algo más de 6 dólares al día que les detallará a conciencia cada sitio importante de visitar, además de eso es aconsejable sobre todo si no van en grupo turístico. La ciudad prohibida es en Pekín su principal destino turístico y cita obligada de todo aquel que viaje al país asiático, el paseo por sus palacios y museos visitables lo convierten en una experiencia inolvidable que durante todo su recorrido te transportará a un pasado glorioso al tiempo que disfrutarás de una arquitectura peculiar.