Ya ha arrancado la temporada de premios y han sido los críticos de Nueva York los primeros en emitir su veredicto sobre las mejores películas estrenadas en el año. Los Ángeles y Nueva York son dos de los gremios de críticos más importantes de Estados Unidos, aunque todos tienen su peso específico y cuentan en mayor o menor medida de cara a los Oscar, que son los que cierran la ronda a modo de guinda. Eso sí, el orden en que los críticos se pronuncian puede cambiar de un año a otro y en esta ocasión los primeros han sido los de Nueva York, que han decidido que la mejor película de 2014 es Boyhood y Richard Linklater, su artífice, el mejor director.
También Patricia Arquette, la madre en la ficción tanto del chico protagonista como de su hermana, ha ganado el reconocimiento como mejor secundaria por su trabajo en la cinta.
El mejor actor secundario fue J. K. Simmons por Whiplash, una de las interpretaciones más elogiadas desde que la película pudo verse en los primeros festivales en los que fue proyectada, y Timothy Spall se alzó, contra todo pronóstico, con la distinción al mejor actor por Mr. Turner, la biografía del excéntrico pintor inglés. Pero la que de verdad brilló en los premios de la crítica de Nueva York fue Marion Cotillard, la actriz francesa que se proclamó la mejor del año por The inmigrant y Dos días, una noche. Un par de protagonistas donde se luce por encima de la película y demuestra que la labor de una actriz puede ser muy superior al resultado de la cinta en la que participa.
Aunque sin duda donde mejor está, y por la que merece todos los premios del mundo es por la segunda, la dirigida por los hermanos Dardenne, en la que su talla como actriz llega a unas cotas que son muy difíciles de superar por casi cualquier intérprete.
En ella, y con una seguridad aplastante, nos ofrece el retrato de Sandra, una mujer insegura que pretende recopilar los votos de sus compañeros para que no la echen del trabajo cuando vuelve después de una baja por depresión.
Cine social que ella eleva con soltura hasta convertir la película prácticamente en un thriller, al ir ofreciendo paso a paso el proceso por el que Sandra y su marido van atravesando. Muy acertados en este caso los críticos de Nueva York evidenciando las dotes de una actriz que rara vez baja el listón de sus trabajos y que uno detrás de otro va mereciendo cuantos premios quieran otorgarle.