En menos de un mes arrasó con todo. Y comenzó con algo tan simple como el boca en boca. Whats app’s que llegaban al Smartphone por parte de una persona que había tocado el botón de reproducir luego de la recomendación que el propio Netflix hizo de su propia producción. Mensajes similares a “Tenés que ver esta serie” se propagaron por todas las redes sociales y su viralización se hizo incontenible. Stranger Things, le serie éxito de Netflix y dirigida por los Hermanos Matt y Ross Duffer, está muy cerca de convertirse en la mejor serie del año, o al menos para algunos, ya lo es definitivamente.

Después del desembarco de la primera temporada en julio del 2016, el fuego se propagó más allá de lo esperado . Imposible que no suceda, pues la serie que tiene como protagonista a Winona Rider ha sido diseñada específicamente para los cinéfilos y llena de referencias culturales para quienes nacieron en plena generación Pop , desde inicios de la década del los 80.

La miniserie, tan sólo de ocho episodios – aquí se comprueba la famosa ley de Hollywood “Poco pero bueno”- se postula como la favorita para superar a grandes de la industria como los son ‘Game of Thrones’ o ‘The Walking Dead’.

El secreto de mi éxito

El thriller de ciencia ficción - de tan solo ocho capítulos- fue diseñado meticulosamente para golpear al corazón nostálgico del amante del cine y la cultura Pop, con referencias e influencias cinematográficas desde clásicos como 'E.T', 'Cuenta conmigo' e inclusive claros ‘guiños’ a películas de John Carpenter y Stephen King, en un pueblo con todas las características del amo del terror, o de una de las novelas de terror ‘Escalofríos’, de R.L.

Stine.

La historia, desarrollada en el Pueblo de Hawkins, Indiana, en la primera mitad de los años ochenta, tiene el aura inconfundible de Steven Spielberg, gran influencia de los Duffer Brothers (E inclusive encontraremos grandes homenajes al director de ‘Jurassic Park’a lo largo de los episodios) salida de una narración de la serie ‘Cuentos Asombrosos’ emitida durante los 90’s en nuestro país.

La música no se queda fuera. Grandes exponentes como ‘The Clash’ o ‘Toto’ ambientan los capítulos sin mencionar la música propia de la serie de la mano de Kyle Dixon y Michael Stein. Inclusive la estética y tipografía remite a la popular colección literaria “Elige tu propia aventura”. Marvel Cómics, J.R.R Tolkien y el popular juego de rol ‘Calabozos y Dragones’ también forman partes de las referencias culturales de la serie y directamente ligadas al desarrollo de la historia.

Pero de poco serviría todo esto si Stranger Things no tuviera una base solida como un gran libreto y un cast para la ovación. Desde los renombrados Winona Rider, David Harbour y Metthew Modine hasta esa banda de niños de la cual todos quieren formar parte con ese ADN tan ‘Goonie’ de la que forman parte Mike (Finn Wolfhard), Lucas (Caleb McLaughlin), Dustin (Gaten Mattarazzo) y la misteriosa pero entrañable Eleven (Millie Bobby Brown), que harán hasta lo imposible para recuperar a su amigo desaparecido Will (Noah Schnapp).

Imposible no engancharse. Imposible no encariñarse con esos personajes, los arquetipos de los amigos de la infancia. Imposible (o muy difícil) que no guste. Imposible no recomendarla, cuando está diseñada específicamente con todo lo que a uno le gusta y cuando casi todo lo que forma parte de la serie, es pura nostalgia.