En Kenia se encuentran los últimos tres rinocerontes blancos vivos que aún sobreviven a la matanza, producto de la cacería furtiva de los mismos. Para evitar que estos también sean cazados, el gobierno de Kenia ha puesto custodia militar las 24 horas para proteger a Sudán, el último ejemplar macho, y a las dos hembras que lo acompañan.

Todos están de acuerdo con que la especie ya no tiene posibilidad de que logre levantarse para sobrevivir, pero se espera que al menos estos últimos especímenes mueran en forma natural.

Es que este mamífero de la orden de los perisodáctilos ha sido perseguido desde mitad del siglo XIX.

En ese entonces se contabilizaba alrededor de un millón de ejemplares. Hoy en día, al rinoceronte blanco sólo es posible encontrarlo y verlo a la distancia, tal es temor de que se lo mate para comercializarlo en partes o entero.

"La decadencia de estos gigantes blancos es debida únicamente al hombre", expresó Richard Vigne, responsable a cargo de la reserva Ol Pejeta Conservancy en Kenia en donde se los resguarda. Y tiene toda la razón, ya que los distintos enfrentamientos en los espacios en donde vivían, han convertido a esos lugares en zonas francas, en donde los cazadores furtivos tienen su paraíso.

Hoy en día se encuentran en el mismo camino que tuvieron sus parientes cercanos: los rinocerontes negros, que fueron extinguidos en el año 2011.

Otras especies han sufrido el mismo destino, como el león sirio, que fue perseguido por la realeza para ostentar su puntería y su valentía, hasta provocar su desaparición.

El rinoceronte blanco sólo es un ejemplo de lo que sucede día a día en nuestro planeta desde que el hombre comenzó a cazar por diversión. A lo largo de la historia podemos encontrar un sinnúmero de casos en el que los Animales han debido cambiar de hábitat por la caza deportiva.

Los rinocerontes son especies que demoran mucho en tener cría; una vez que la tienen, estas demoran mucho en ser independientes.

Si no se los protege, no serán únicamente el blanco y el negro los que desaparezcan, sino todos los rinocerontes que han sobrevivido hasta hoy.

Ojalá que este caso nos haga ver la realidad y cambiar nuestra forma de pensar.