Nadie duda del avance tecnológico y constantemente nos vemos sorprendidos por artilugios cada vez más fascinantes y raros a la vez. La tecnología avanza a un ritmo feroz, aunque es cierto que muchos de los aparatos inventados carecen de utilidad o están diseñados para hacer tareas que fácilmente nosotros podríamos realizar con nuestras propias manos. Esta es, precisamente, la majestuosidad de la ciencia: el hacernos la vida cada vez más fácil. Muchos se preguntan si esto es algo positivo en todos sus ámbitos.
Mark Sturkenboom ha fabricado un consolador algo peculiar, pues en él se permite almacenar las cenizas de un ser fallecido.
El consolador está formado por una pieza de cristal dorada, que es donde se colocan las cenizas.El producto se presenta en una caja musical, en la que también se encuentra un recipiente en el que se coloca el perfume favorito del fallecido, dando así un toque de acercamiento. Cabe mencionar que el artista no lo considera un consolador en sí, sino mas bien una caja de memoria, pues este artefacto está dirigido a rememorar todos aquellos momentos íntimos que una vez se tuvo con la persona amada.
¿De dónde surge la idea? Muy sencillo. Al creador le vino a la mente este proyecto cuando vio con sus propios ojos como una anciana viuda lloraba a las cenizas de su difunto esposo sin obtener, naturalmente, respuesta alguna.
Y es que como ya se ha mencionado, no se trata de un consolador normal, sino mas bien de un objeto mágico que hace que la persona pueda "teletransportarse al pasado" y de un modo u otro, recordar todos aquellos momentos que una vez vivió con su semejante.
Sin duda alguna es un objeto más que polémico y ahora solo queda esperar para comprobar si realmente tendrá una buena acogida en el mercado.
Muy probablemente la Iglesia y demás instituciones conservadoras, por sus ideales, queda claro que no aprobarán en absoluto este tipo de artefactos. Pero más allá del debate ideológico, esto es una nueva forma de visualizar este tipo de objetos.