Las plazas son un punto de encuentro tanto para grandes como para chicos. Los domingos a la tarde se ven llenas de pequeños jugando y personas disfrutando el aire libre, pero es bien sabido que también es un punto de encuentro para cosas negativas como venta de drogas, vandalismo, destrozos públicos y malos usos de estos espacios.
Actualmente vemos cómo los parques de la ciudad están siendo enrejados y cerrados a cierta hora en la cual no se permite el acceso de ninguna persona. Se tomó esta medida para evitar el vandalismo y la inseguridad dentro de las plazas, pero ¿es realmente la solución a estos problemas o trae consecuencias no deseadas?
Si bien encontramos opiniones varias en la sociedad muchos están de acuerdo que es una prohibición a acudir a un espacio público que debería estar disponible para todos todo el día. El cercamiento de los espacios verdes viola el derecho del niño a jugar en parques y entretenerse en estos debido a sus horarios tempranos de cierre, además de que espacios emblemáticos de la ciudad como el parque Centenario o el Jardín Botánico se encuentran cerrados para la libre movilidad de las personas que deseen concurrir y así se rompen tradiciones que la población tiene arraigadas desde tiempos lejanos.
Es cierto que el cercamiento de estas produce que haya menos destrozos y robos en los espacios verdes, pero a costo de los derechos de otras personas inocentes.
¿Tenemos que cerrar los espacios públicos para reducir estos desafortunados hechos? ¿O esto sólo tapa las raíces de la situación en vez de ahondar más profundo?
Los robos y vandalismos siguen ocurriendo en la ciudad pero en otros lados, las plazas están cerradas, más lindas pero la gente sigue sufriendo robos constantes, intimidaciones y destrozos por la ciudad, el problema solo se traslada hacia otras partes.
Deberíamos aumentar la seguridad para reducir estos problemas en vez de negarle a las personas el acceso a los lugares públicos que tanta felicidad traen a la población y atraen turistas como es el caso de los parques característicos de la ciudad.
Los Niños quieren jugar, la gente caminar, encontrarse y disfrutar en los llamados espacios verdes, no estar entre rejas y con poca disponibilidad horaria debido a la inseguridad.
Enrejar los espacios verdes no es más que enrejar las ideas y tapar lo que subyace detrás de la cuestión y por lo que tendríamos que luchar día a día para seguir disfrutando de los espacios verdes que la ciudad nos ha dado.