Hay que buscar el origen de la discriminación. Puede deberse a distintos factores, en principio, podríamos hablar de una expresión del inconsciente familiar. En casa no se discrimina a nadie de manera verbal, por ejemplo, pero existen pequeños gestos tácitos. Gestos de asco, de horror. Estas sutiles señales, marcan a fuego cualquier inconsciente. Un niño odiará desde las profundidades sin saber exactamente por qué. Este es el caso, muy sintético, de la discriminación aprendida.

Podría enumerar miles de aspectos, groseros, sutiles e intermedios de este tipo de aprendizaje.

Es un patrón muy simple y se conoce en Psicología como condicionamiento. De esta forma también se aprende moral, valores, gustos y creencias. Es la forma básica de aprendizaje y como es inconsciente, es negativa, en cualquier caso.

Antes de pasar al segundo tipo, veamos en qué consiste la discriminación, germen del Racismo. Deberemos observarlo en abstracto. Alguien, sufre un mal. Esto es fácil de aceptar: todos sufrimos algún mal que no podemos explicar. Pero el problema es que no queremos explicarlo: queremos encontrar culpables. El culpable tiene que ser alguien malo, diabólico. Uno realiza, entonces, una búsqueda mental. Por asociación, encuentra en los aprendizajes por condicionamientos, estos pequeños diablillos y por ende, al culpable.

Esta es la teoría de chivo expiatorio.

El culpable, tiene que ser, diferente. Esa es la primera regla. Aquí surge la religión, el género, el país, la orientación sexual, la raza. Esa característica, asociada a algo negativo, malo, destructivo da como resultado el posterior rechazo a todo aquel que la posea. Podríamos enumerar los miles de ejemplos que de esto se derivan.

Por supuesto, todo lo negativo que hay en uno, es proyectado hacia afuera, dando esa falsa tranquilidad de consciencia. Pero cada vez que un gay o un negro aparecen, psíquicamente, debo enfrentarme con mis porquerías, esto hace que la proyección se torne aún más violenta. Simplemente no puedo parar, porque lo negativo que veo en otro, está dentro mío, aunque no quiera saberlo.

Esto nos ayuda a entender el segundo tipo de discriminación y así también por qué surge. Ésta es elegida.

La discriminación elegida surge por la necesidad psíquica de defender internamente la imagen de uno mismo. Dicha distinción en su origen simple, puede ir complejizándose. Es que ahí se comienzan a buscar elementos y dicha discriminación, comienza a justificarse. Se enlazan ideas, creencias, razones, distorsiones. Esto, en determinado punto, es muy difícil de parar.

Vamos, ahora sí, al caso que nos convoca: Dylann Roof, el chico que asesinó a ocho personas. En su manifiesto, se lamenta de que no exista un KKK real, es decir, capaz de actuar. "Alguien tiene que tener el coraje de hacerlo en la vida real, y supongo que ése debo ser yo", dice en el texto.

Metámonos unos segundos en su mente. Su idea es "liberar" lo "puro" de una "infección". Mentalmente, él se cree héroe. Volvamos al mecanismo de purificación mental. Si no quiero ver algo en mí que considero negativo, debo limpiarlo, proyectarlo fuera de mí. Lo negativo es el otro y debe ser eliminado.

Acá retomo a Jung cuando decía que lo más peligroso de nuestro mundo, es la psiquis. Lo peligroso es que sepamos tampoco de ella.